La astracanada es una obra teatral o espectáculo con situaciones disparatadas y chabacanas para hacer reír, o llorar según sea. Estos sainetes fueron cultivados en su mayoría por nuestro paisano, el dramaturgo Pedro Muñoz Seca, quien con su pluma relató situaciones surrealistas y cómicas como la vivida días atrás en el pleno ordinario de la ordinariez y la infamia. Y es que en uno de esos debates políticos celebrados en el consistorio, donde se acusaban unos y otros de financiar a medios de comunicación -con el consabido “y tú más”-, un concejal amenazó supuestamente a un cargo de confianza con reventarle la cabeza, entre empujones y voces ante los atónitos ojos de quienes se encontraban presenciando semejante numerito de patio de vecinos. Tremendo.

Como no podía ser de otra manera, de nuevo El Puerto vuelve a las televisiones nacionales y no por su progreso como ciudad sino por la trifulca de unos personajes que han decepcionado como gestores y como personas a todos aquellos que los votaron.



La película es ciertamente esperpéntica, “el bueno, el feo y el malo”, o lo que es lo mismo, el revienta cabezas, el provocador, y el  niñato... Por ahí purula también otro delfín también concejal pero éste con camisa por fuera y también marrullero como el anterior. Y es que son todos iguales pero con distinto color. Resulta muy triste que unas personas a las que se les supone licenciaturas, másteres y blablablá se comporten de esta manera tan bajuna y deplorable. Qué, qué, qué, a que te pego leche…Y es que “te reviento la cabeza” suena pelín soez, mejor es “te doy una cachetá"... La gente ya ni sabe amenazar con clase y elegancia y también hay quienes no tienen media guantá… También es de ‘carajote’, y ya por segunda vez tras lo del email, dejarse el micro abierto"Mírame a los ojos y dime a quién beneficia", dice Mariló en un careo televisivo donde el revienta cabezas pone cara de circunstancias mientras el niño de la taberna “La media chica” lo lleva mejor entre el pitorreo de los guionistas y presentadores del programa. Jaja, jiji. Lamentable papeleta y lo peor es que aquí nadie dimite. Lo normal.

Qué patético todo madre mía... Gran astracanada porteña representada en Peral con notable éxito nacional.

El Puerto no necesita ni revienta cabezas, ni niñatos provocadores ni alcaldes vendehúmos. Lo que realmente hace falta -y con urgencia-, es un golpe de timón,  gente nueva que guie a este rincón de la Bahía. Se requieren ciudadanos honestos y trabajadores para dejar atrás el atraso en el que se encuentra y lograr encontrar la senda del desarrollo para que cual ave fénix vuelva a renacer de sus cenizas.