Hay tres jueves en el año que relucen como el Sol, y hoy es uno de esos jueves, un Jueves con mayúsculas para muchos, otro más para una amplia mayoría, y un día con connotaciones más históricas que religiosas para otros muchos.

La situación actual marca el ritmo de todo, incluso de los bailes que han quedado sin ritmo, y las celebraciones también quedan postergadas.

En días como hoy, ciudades como Sevilla estarían cuajadas de altares en los balcones, de comercios adornados, siendo un atractivo turístico de marcada tendencia más económica que religiosa. En localidades como El Puerto, los preparativos se centrarían en el próximo domingo, y tendrían una incidencia entre atractiva y turística.

Como es natural, una custodia en la calle puede ser un foco de contagios de magnitudes incontrolables, la presencia de personas manifestando su sentir religioso algo de consecuencias apocalípticas y un altar expuesto en la calle, un foco bactericida capaz de acabar con la población de toda la provincia de Cádiz.

Como es natural, la seguridad es lo primero, la salud, importantísima, y la responsabilidad de quienes sabiamente controlan nuestros pasos totalmente respetables. Hoy a pesar de todo, seguirá siendo uno de esos jueves que relucen como el Sol, para muchos, sobran los altares, la custodia en la calle y las imposiciones, porque, como ya ocurrió en Semana Santa, las cuestiones religiosas van más allá de la simple manifestación estética, es mucho más que una necesidad de vociferar en la calle, y en definitiva, es algo que pese a muchos, seguirá en la calle.

Hoy como siempre, el Corpus se manifiesta en Caritas, en las monjas del Espíritu Santo, en los costaleros solidarios, en los comedores sociales, porque el Sol de los corazones y la caridad, siempre reluce como el Sol.

Hoy es Corpus, hoy la caridad y la entrega son los mejores altares que demuestran su significado.