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Últimamente se han puesto de moda los biopics, películas que cuentan vida, obra y milagros, en el caso que nos trae de cantantes y compositores famosos del rock y el pop. Una necesidad de hacer valer dichos personajes y sus canciones, que forman ya parte de nuestro imaginario de notas musicales, melodías a caballo entre los siglos XX y XXI.

Tres biopics antológicos

Hoy me referiré a tres películas que rememoran la vida de tres estrellas del pop-rock de siempre jamás. La primera es el estreno Bob Marley: On love (2024), de R.M. Green; las dos siguientes son obras del director inglés D. Fletcher. La primera es Rocketman (2019), biografía de Elton John; y Bohemian Rhapsody (2018), sobre la meteórica carrera de F. Mercury y el grupo Queen.

BOB MARLEY: ONE LOVE (2024). Película de Reinaldo Marcus Green sobre la vida y la música de un personaje icónico que influyó e inspiró a generaciones con canciones cuyo mensaje central era el del amor y la unidad. La primera vez que podemos ver en la gran pantalla la historia de riesgo y superación de Bob Marley (Ben-Adir).

A lo largo de su breve vida, Bob Marley logró mucho sin lugar a duda. Trajo a la música el reggae como corriente principal, grabó álbumes con más de setenta y cinco millones de copias vendidas, se convirtió en una súper estrella reconocida mundialmente y difundió un mensaje en aras a la unidad y a la paz.

Marley era seguidor de Haile Selassie (Rey de Etiopía) a quien consideraba el profeta del movimiento Rastafari, por ser descendiente directo de Salomón y descendiente directo de Jesús en la tierra: un mensajero de Dios. Este es el fundamento de la vida cristiana de Marley que nunca fue apegado al dinero y sí a convertirse en una guía espiritual para sus seguidores.

Con apenas treinta y seis años Marley murió en la cima de su fama. Corría el año 1981. De manera que su figura, a estas alturas, ya estaba madura para esta película del director Reinaldo Marcus Green, que consigue una obra interesante, respetuosa y seria, contando elementos principales de la vida de Marley, aunque sin profundizar en exceso.

Comienza el filme en 1976 cuando Marley desea dar un concierto en su país, incluso tras un intento de asesinato. Marley, un músico que además tiene carisma para unir a la gente, y que ofrece su vida para enriquecer la vida de los demás.

El guion adapta la biografía de Bob Marley escrita por Winter y Flowers, un libreto que apuesta por el dinamismo y pierde en hondura. Apenas roza las partes más complicadas de la vida de Marley.

En el reparto es magnífica la actuación de Kingsley Ben-Adir como Marley, una presencia tranquila y una personalidad eléctrica en el escenario; además, acierta a capturar los gestos, el habla y la presencia del músico. El trabajo de Ben-Adir es motivo por sí solo para ver el filme.

Acompañan en el reparto la rotunda Lashama Lynch, muy bien como la señora Marley (Nia Ashi como Rita adolescente); Lynch alterna el cariño y la paciencia con la ferocidad y la iracundia en sus ojos; James Norton bien como Chris Blackwell; y otros artistas secundarios hacen de miembros del grupo The Wailers, todos bien y conjuntados.

Kris Bowers compuso la banda sonora de la película, después de trabajar con Green y King Richard, aunque el grueso y lo más llamativo de las notas musicales y la letra pertenecen a Bob Marley y sus muy conocidas y eternas canciones tipo reggae: “No Woman No Cry”, “Concrete Jungle”, “One Love/ People Get Ready”, etc. Música conmovedora, como si al oírla fuera la primera vez.

Película bien construida que ofrece una experiencia visual bonita, impulsada por la música y la actuación sobresaliente de Adir-Marley.

Publicado en revista ENCADENADOS.

 

ROCKETMAN (2019). Musical biográfico incandescente sobre Elton John, desde sus comienzos hasta alcanzar el estrellato mundial merced a su rutilante estrella como músico y compositor, y a su colaboración con el poeta y letrista Bernie Taupin. Este astro de súper-ego exacerbado y excelencia, merecía esta superproducción.

Buena dirección de Dexter Fletcher, que aporta un fidedigno y dramático retrato del personaje; la vida agitada y en ocasiones tortuosa de un E. John que apuntó a lo más alto de una fama probablemente mal asimilada.

Conducida la obra por un buen guion de Lee Hall que va y viene en la historia del músico, con una narrativa impecable, siguiendo el recorrido emocional y echando mano de los golpes de efecto más predecibles en un biopic, si bien es cierto que están muy logrados y lucidos, sobre todo las escenas del mundo del espectáculo: danza, coreografía y musicales.

Incluye la vida infantil del protagonista, un niño de cualidades extraordinarias al piano, una relación ambivalente y desapegada con su madre, una relación tortuosa con un padre frío y ausente que nunca lo abraza ni tiene el más mínimo gesto de afecto hacia él y, eso sí, una abuela “buena” que lo apoya y lo ayuda en su carrera musical desde muy pequeño. Un cúmulo de circunstancias adversas que le pasan factura en su vida adulta.

Estos elementos del guion y la película toda han contado con el beneplácito de E. John, dado que ha participado activamente en el rodaje como figura y como productor, nada menos.

Excelente repertorio musical, sobre todo de Elton John (también de Matthew Margeson); vistosidad con gustos videocliperos. La música va del rock al pop siguiendo el recorrido real del artista. La cámara recoge estas actuaciones o ensoñaciones actuadas, en un tono espectacular con la extravagancia kitsch propia de músico inglés.

Magnífico atrezzo, decorado, vestuario, todo deslumbrante, reproduciendo fielmente los gustos del protagonista y remedando las épocas de los años sesenta y antes, hasta la actualidad. Se une una buena fotografía decadente y oscura de George Richmond que acierta a teñir de un color ocre a la historia.

En el reparto sobresale un magistral Taron Egerton, cuyo parecido con E. John unido a su brillante trabajo interpretativo resultan más que eficientes para hacer creíble la historia; se completa con la importantísima aportación vocal, pues es el propio Egerton quien canta los temas de Elton.

Jamie Bell interpreta con gran sentido y sentimiento el rol del amigo y letrista de toda la vida, Bernie Taupin. Acompaña un cuadro actoral impecable con figuras como Richard Madden (muy bien como su mánager), Bryce Dallas Howards (como la indolente madre) o Steven Mackintosh (el padre desapegado).

Un musical plagado de números, sangrante y crudo en ocasiones, poco condescendiente con la figura de E. John, lo cual alcanza a emocionar al espectador. En este sentimentalismo bien trabado, Fletcher acierta a desvelar la fatalidad de una vida disoluta de sexo, drogas y alcohol, si bien tanta tragedia está lacada y abrillantada por la espectacularidad de la música y la danza.

Más extenso en revista ENCADENADOS.

 

BOHEMIAN RHAPSODY (2018). Este biopic celebrando la música de Queen y su celebérrimo vocalista Freddie Mercury, resulta una obra entretenida y sentida.

Sabe recorrer las etapas del grupo rock y sobre todo de Mercury desde sus inicios, pasando por su ascenso meteórico, intercalados los momentos bajos en la vida del astro, cuando se marcha del grupo, hasta la venturosa y feliz reunión de nuevo con Queen, poco antes del antológico concierto “Live Aid”.

Merecido recuerdo de Queen, a su música y a su extraordinario cantante que desafió estereotipos e hizo añicos tradiciones para convertirse en uno de los showmans más queridos en el mundo de la música y de la cultura.

El director Bryan Singer lo fue sólo en parte pues sus encontronazos con la 20th Century Fox provocaron su despido. La película fue terminada por Dexter Fletcher, quien durante dieciséis días de rodaje puso el punto final al metraje.

La dirección (compartida) consigue llevar a buen puerto la semblanza de estos grandes músicos en la manera más benevolente y sin buscar debajo de la alfombra ni mirar de reojo por los oscuros rincones de su líder, un personaje que desafió los cánones y esquemas de su época, que pilotó una música tan rompedora como iconoclasta.

La dirección logra meter al público en la recreación de conciertos que son ya legendarios, como el Live Aid organizado por Bob Geldof. Mientras lo vemos, incluso podemos pensar que es el concierto original, de tan bien como están los actores, amén del montaje musical y efectos especiales.

En cuanto al reparto, sobresale el trabajo de un Rami Malek (Oscar) todo dientes, que logra trepar por el personaje de menos a más, hasta fundirse con Mercury, de suerte que en algunos momentos, sobre todo en los musicales, parece que fuera el propio Eddie quien esta actuando.

Los componentes del grupo Queen son encarnados verazmente por Joseph Mazzello, Ben Hardy y Gwilym Lee. Lucy Boynton interpreta a Mary Austin, la mujer con la que Freddie mantuvo una larga relación y a la que consideraba su esposa, su amiga y la persona más importante en su vida; la Boyton hace un importante trabajo en este rol. Mike Myers se mete en la piel del ejecutivo de Emy Ray Foster. El otro amor en la vida de Freddy fue Jim Hutton, interpretado de forma sensacional por el actor irlandés Aaron McCusker.

La película apuesta por ser una obra para el gran público, con una imagen de Queen-Mercury amable, sin exabruptos. Cosechó 4 Oscar, incluido mejor actor (Malek). Como ha declarado el productor Graham King: “Esa película ha tardado ocho años en realizarse pero creo sinceramente que lo vale”.