Suele ocurrirnos a los cinéfilos comparar un momento de la vida que nos acontece con el argumento de una película que nos gusta, y es en este caso cuando uno se acuerda del filme “Melancolía”, de Lars von Trier. No resulta fácil estos días sentarse frente al teclado y escribir unas líneas en esta nueva ‘Desde la Pasarela’ por los acontecimientos que todos sabemos y porque uno tampoco se ve muy animado para ello por diversos motivos. Indudablemente la tristeza se ha adueñado de la ciudad y sus gentes al igual que está sucediendo en el resto del país.

Nunca antes se había visto nada igual, es como la peor de las distopías de cualquier película de ciencia ficción. No estábamos preparados para esto ni siquiera en una ciudad como El Puerto donde normalmente, a ciertas de horas de la tarde, no hay ni un alma por las calles del centro. Y es que al igual que ocurre en el drama psicológico y catastrofista del controvertido director danés, muchos no saben lo que es que el mundo colapse, se venga abajo en una contaminación también silenciosa. No se sabe sobre el coraje, valor o tesón que se requiere para seguir adelante cuando tu propia naturaleza se vuelve contra ti. 

Definitivamente esta maldita pandemia no ha hecho más que desnudar esos males terrenales que suelen manifestarse en situaciones desfavorables como la actual. Es ahora cuando la histeria, el bulo, y el narcisismo son expulsados a borbotones por los poros de las personas. En el fondo de todos estos rasgos, subyace un estado de ánimo consustancial del ser humano de la época moderna y en el que muchos/as están sumidos sin reconocerlo. Sí, la depresión, al igual que el pavor a ser contagiado por el virus, es algo tan visible que es inaudito intentar negarlo, como una oscuridad que se hace visible.

No cabe duda de que llegará el día que superemos esta extraña pesadilla porque El Gran Puerto de Santa María jamás se vino abajo en la Historia, ni siquiera en los peores tiempos de epidemias medievales, asaltos  y saqueos por tropas extranjeras, derrumbes de puentes y otras calamidades. Incluso remontándonos mucho más atrás en el tiempo, siempre está la leyenda y el misticismo que relataba en las Cantigas el Rey Sabio donde, con profunda admiración, describía como Santa María, la Señora que, por su gran piedad, nos defiende y nos defenderá siempre.

En ocasiones, las paredes que construimos a nuestro alrededor para mantener fuera la tristeza, también impiden que entre la alegría. Ganamos fortaleza gracias al dolor y las situaciones difíciles, por eso es ahora el tiempo del amor porque el amor lo puede todo y es en estos momentos cuando debemos estar más fuertes y unidos que nunca.