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La isla de Córcega en Francia tiene un serio problema con el crimen organizado, que se intensificó drásticamente en la década de 1990, que es la época en que se ambientan las películas que comento.

A propósito, me refiero a dos películas de estreno: El reino de la mafia (2024), de J. Colonna; y El mohicano (2024), de F. Farucci.

EL REINO DE LA MAFIA (2024). La película se desarrolla en la isla francesa de Córcega, año 1995. Es el primer verano de Lesia como adolescente. Un día, un hombre llega a casa de su tía con quien vive y la lleva a una villa aislada donde está su padre.

Lesia es la hija de un gánster corso que vive escondido. Ella sólo puede visitarlo clandestinamente, rodeado de hombres para su defensa.

Primera película de Colonna

Escalofriante filme, el primero del cineasta corso Julien Colonna, guion de su autoría junto a Jeanne Henry, que deviene thriller policial. Sólo se escucha un disparo en el segundo acto.

Cuando conocemos a Lesia, la muchacha hace la vida despreocupada de una adolescente normal de vacaciones: va a la playa, sale con sus amigos y se abraza con un chico de su pueblo.

Posteriormente se analiza el coste personal del estilo de vida del gánster / mafioso. Es estar pendiente de un hilo cada día. Deben pasar borrando las huellas y vigilando sus espaldas permanentemente.

Colonna, corso y criado en Córcega, conocedor a la perfección el terreno, en su debut como director utiliza un estilo naturalista que captura la belleza y también la tensión en el marco de la Córcega profunda.

La fotografía de Antoine Cormier es sensacional y acompaña una música ad hoc de Audrey Ismael que complementa perfectamente la atmósfera de la película. A lo que se une dos actores autóctonos sembrados.

El paso a la adultez

De manera subrayada es una película sobre el tránsito a la adultez. Tenemos la perspectiva al comienzo de una quinceañera ingenua, que va evolucionando a una mayor consciencia. La joven Lesia (Benedetti).

También se centra la obra en la relación íntima entre padre e hija. En las escenas de acción y venganza, se sitúa en un terreno intermedio entre el drama familiar y el thriller criminal.

Los protagonistas y avatares

Colonna se esforzó en elegir actores nativos con acentos auténticos y expresiones características de la zona. Lesia es una adolescente de 15 años, es una muchacha asilvestrada muy acorde con el papel. La presencia de la Ghjuvanna Benedetti, su mirada penetrante y perfil afilado es fascinante.

El otro pilar del reparto es Pierre-Paul, encarnado con entidad por Saveriu Santucci, un hombretón en la cincuentena que hace de sujeto curtido en mil batallas.

Cómo Lesia abre los ojos

Lesia conoce la situación, su padre es un fugitivo, las llamadas telefónicas están prohibidas, no se puede correr el riesgo de que los enemigos o las autoridades estén monitoreando la zona. Si los ubicaran, los matarían.

En su visita la cosa es particularmente tensa y la televisión cubre el intento de asesinato contra un político relacionado con su padre. A los pocos días su padrino es asesinado a tiros. La isla está caldeada por el afán de poder de las diferentes facciones.

Pronto descubrimos que la jovencita Lesia adora a su padre, lo acompaña a pescar y a cazar jabalíes, aunque a ella no le gusta matar animales, lo cual que a veces hierra el disparo a propósito.

Lo que acontece es que la chica dejará atrás las ilusiones y fantasías que al comienzo tenía, para ir cada vez más aceptando las implicaciones de su persona como heredera directa del jefe.

Seguirá su proceso de cambio, y acabará implicándose en las actividades del grupo. Todo un análisis para entender la violencia transmitida de generación en generación en estos contextos: Lesia evoluciona de niña alejada de la mafia, a otra envuelta en el corazón de esta.

Padre e hija

Este hombre, tan amoroso con su hija, es capaz de actos feroces y crueles. Colonna desvela los aspectos conflictivos de la personalidad de Pierre-Paul en dos escenas importantes.

Primero, la larga conversación con Lesia en un camping, en la que le cuenta todo lo que le ha costado su estilo de vida y cuánto sufrió la muerte de su padre (el abuelo) a manos de sicarios enemigos. Cómo, desde entonces, vivió para vengarse.

También comprendemos que la verdadera razón de que Pierre Paul no se avenga a escapar de su isla y de su pueblo, es el radical vínculo y apego por sus raíces, su familia y por la tierra de sus ancestros.

La cruel ironía es que una vida familiar normal en la isla jamás será posible para padre e hija, pues siempre andarán mirando por el rabillo del ojo.

Concluyendo

Esta obra nos hace vivir la violencia desde la perspectiva de una niña y muestra sus consecuencias, algo que raramente se ha hecho en un filme: vivir con miedo a la traición, a la venganza, dejar atrás la infancia, a la tía o al novio: fin prematuro de la inocencia.

Es también una película original dentro del género. Debido a su ritmo pausado, la recreación en el paisaje y los silencios que la presiden: una experiencia cinematográfica reflexiva y emocional.

Tiene un final tremendo que involucra a Lesia, aunque Colonna deja abierta la posibilidad de que tal vez pueda la muchacha vivir una vida normal. La pregunta es si realmente quiere hacerlo.

Revista Encadenados

 

EL MOHICANO (2024). Joseph (Manenti) es un amante de su profesión, uno de los últimos cabreros con su campo costero en la isla de Córcega, en el Golfo de Santa Manza. Es un hombre solitario, amante de la naturaleza y vive en armonía con la tierra y con sus animales.

Su pastoril vida se ve perturbada cuando es amenazado por la mafia local, que le presiona para comprar sus tierras. La idea de los sicarios es promover un proyecto inmobiliario, hormigonar, construir, especular y convertir aquel paraíso en bloques de cemento.

La forja de un héroe

Pero el pastor se niega y en un forcejeo fatal, resulta herido de gravedad el hijo del capo principal. A partir de ahí Joseph se convierte en blanco de una persecución despiadada y brutal, meramente por defender su vida y su causa.

Su sobrina Vannina (Taquin), una youtubera, inicia una campaña en redes sociales que transforma a Joseph en símbolo de resistencia. El hashtag #ElÚltimoMohicano se viraliza, convirtiendo al pastor en leyenda viva, incluso las carreteras anuncian su figura de resistente.

Nuestro protagonista, sin quererlo, se convierte en un símbolo de firmeza frente a la opresión mafiosa. Su desesperada huida es por pura supervivencia, pero también un grito de alarma ante la desaparición de un modo de vida ancestral.

Aspectos técnicos

La dirección inmersiva de Frédéric Farrucci captura con maestría los paisajes corsos, que se convierten en personajes por derecho propio, testigos silenciosos de una lucha desigual. Farrucci explora el enfrentamiento entre el individuo y un sistema corrupto.

Tiene el filme un estilo que combina el realismo social con una estética de thriller sobrio y tensión constante, una meritoria fotografía de Jeanne Lapoirie, los sugerentes silencios y el uso de la música (Rone) como importante elemento narrativo.

Alexis Manenti hace un trabajo actoral contenido y poderoso, y consigue transmitir la dignidad, el orgullo y el dolor de un hombre que, sin buscar ser un héroe, se ve convertido en uno, gracias a su resistencialismo y a las redes sociales.

Mara Taquin interpreta eficientemente el personaje de Vannina, que además de sobrina, cuida el rebaño durante la ausencia de su tío; es la representante de una generación que lucha honestamente con recursos digitales.

La mafia corsa

La ambientación en Córcega no es casual: la isla representa históricamente la firmeza frente al colonialismo. Pero es también una región donde los grupos mafiosos y la extorsión se mezclan con el turismo de la isla. Farrucci aprovecha estos elementos para construir un relato que mezcla western moderno con drama político.

Es llamativo cómo el capítulo de la mafia en la isla se siente como algo propio, de forma indiferente. Vemos gente disfrutando de chiringuitos o de la playa, y aunque los mafiosos forman parte del paisaje, están entre los turistas y el pueblo buscando al pastor para matarlo, sin embargo, se niega esa realidad: que nada interrumpa la diversión estival.

El espectador sí vive la desazón y la angustia de ver en la pantalla a una sociedad enferma que prefiere avenirse a lo que dicten los sicarios autóctonos, vender sus tierras a los especuladores y guardar silencio para no provocar la cólera de esta gente asesina.

El mohicano no es solo una historia de persecución, de maquinaciones, de suspense incluso por cómo acabará la historia de Joseph, es sobre todo una invitación a reflexionar sobre el precio de la libertad y el menguado poder de la comunidad ante este tipo de grupos.

David y Goliat

La imagen del pastor, su leyenda de valiente y audaz, pronto se hacen virales e incluso un logo con su imagen está visible en los márgenes de las carreteras y caminos de la isla. Farrucci logra que una historia local se sienta universal, y que el espectador se cuestione qué hay que hacer para defender lo propio, lo que se ama.

La película no hace una observación desesperanzada, pues gracias al personaje de Vannina, la película introduce una nota de ilusión y también de insurrección. La chica se niega a permanecer en silencio ante la injusticia, y es el motor principal que moviliza las redes sociales, para transformar a su tío en una figura de leyenda, y despertar a la juventud corsa.

Esta elección narrativa nos recuerda que las luchas locales pueden convertirse en movimientos colectivos cuando conectan con las nuevas generaciones.

Farrucci expone los riesgos de una lucha desigual, especie de David contra Goliat, de cuyo desenlace depende el futuro de la isla y de sus habitantes, bajo la influencia del hormigonado del litoral por la hiper turistificación y el crimen organizado. Y película que rinde homenaje al western.

Cerrando

Al combinar cierto suspense hitchcockiano con un drama que implica un compromiso social, la obra va más allá de los códigos del thriller para convertirse en el retrato de una Córcega dividida entre la tradición y la modernidad perversa.

El título y el apodo de Joseph evocan El último mohicano, no solo como referencia literaria, sino como símbolo de alguien que se niega a desaparecer ante el avance de la modernidad mal entendida.

El mohicano es un filme cautivador y necesario, que deja huella por su franqueza, por su espíritu de sana rebeldía y la carga emocional que encierra.

Revista Encadenados