Los veranos en El Puerto no son verdaderas vacaciones, las tan merecidas vacaciones que todo ser humano merece, en el Puerto se convierten en un incremento de la actividad. Sonrío cuando escucho la típica frase de “yo también tengo derecho”, sí, pero no ahora.

Y es que, nos guste o no, para bien o para mal, para el encanto de unos y el infierno de otros, es una ciudad costera, de veraneo, y a la que dudo mucho, llegue la ansiada instalación de fabricas de altos hornos, o producción que algunos pregonan. Podremos criticar que los que nos mandan se centren en convertir esta ciudad en una juerga, que lamenten que cada vez haya más pisos turísticos, que nuestros múltiples visitantes sean de diversa condición, pero jamás nos vamos a convertir en la sede del Banco Central, ni en la ciudad de los museos, o la concha de oro de las conservas túnidas que den trabajo a todos. No, esta ciudad es una ciudad de servicio, destino y refugio de muchos, con kilómetros de playas que nos dan la opción de ofrecer y sacarle partido. Eso me lleva al lamento de algunos que tienen que trabajar cuando otros están de fiesta, al deseo de otros de coger sus días de vacaciones dejando la ciudad sin cabeza.

El Puerto ofrece una oferta insuperable, y necesita de todos para que funcione. Podrá gustar menos, pero es una realidad, y que además afecta a todos, pues aún siendo de forma indirecta, todos tenemos un familiar, un amigo o alguien especial que en estos meses se deja la piel. Gracias a que no estamos condenados al olvido; gracias a que somos un destino cada día mas en alza, y gracias a que se puede alpacar, como diría un buen amigo… cogeremos vacaciones, pasada la patrona, cuando todo comience, lentamente, a volver a la normalidad, y que requerirá que cambiemos nuestra forma de vida.

Mientras tanto lamentaré ver a quienes deben estar al pie del cañón retozando en playas paradisiacas mientras sus conciudadanos les cubren las espaldas. Lamentaré no verlos recibir a quienes lleguen buscando atención, porque, al fin y al cabo… todos tenemos un compromiso.