Habitantes de Lahore se reúnen a la espera de romper el ayuno durante el Ramadán, en una imagen de archivo.

Habitantes de Lahore se reúnen a la espera de romper el ayuno durante el Ramadán, en una imagen de archivo.

Joaquín García de Romeu. “Amanece que no es poco”.

Joaquín García de Romeu. “Amanece que no es poco”.

Joaquín García de Romeu (Tribuna libre).- Partiendo del más amplio respeto a toda manifestación religiosa, la política vuelve a hacerse eco de lo que no debería tener mayor transcendencia. Pero, como no podía ser de otra manera, líderes de nuestra muy leal Izquierda han vuelto a felicitar, en un generoso gesto de cordialidad y buena educación, a sus hermanos musulmanes. Algo que no tendría la mayor de las importancias, si no fuera porque de esas mismas filas que piden respeto, no se respeta ni lo más mínimo la Religión Católica, la cual les pese a quien les pese, es la mayoritaria en España.

La cosa tampoco tendría importancia, si no fuera por lo incongruente de la situación. El Islam, como pueda ocurrir en el Cristianísimo, tiene múltiples facetas, pero sin embargo, quedándonos con la más suave de sus doctrinas en absoluto diferencia política y religión, algo que al parecer les debe encantar a todos los progresistas, Pero si ya esto resulta chocante, aún más chocante me parece ver a toda una generación radicalizada, que mientras que grita consignas, piden respeto para la mujer y tratan incluso de evitar concursos de belleza, valoran, aprecian y admiran a unos hermanos musulmanes en donde el respeto a la mujer es nulo. Claro está que dirán que la mujer musulmana lo hace porque quiere, sin embargo, ellos impiden que una mujer que quiera concursar, ser modelo o ser azafata en el Gran Premio de Fórmula 1 no puede.

Resulta sumamente chocante, ridículo, hay que hacer un esfuerzo mental enorme para portar una bandera multicolor el día del orgullo Gay y defender luego una religión que no tolera, e incluso castiga con pena de muerte la homosexualidad. Pero aquí ni acaba la cosa.

Independientemente de todas esas cuestiones, hay acciones delictivas, como son el maltrato físico a la mujer, algo tolerado, venerado y práctica común en todo musulmán. Es cierto que profesan una verdadera devoción por la mujer… como objeto… y como tal debe ser castigada de vez en cuando.

La pregunta es, por qué sus ministros pueden subirse a un pulpito y llenarse la boca instigando a que se maltrate a una mujer. La única explicación que encuentro para semejante incongruencia es el odio y la ignorancia. Pero me quedo en espera de ver que reacción tendrán en Navidad…