El Puerto de Santa María habló alto y claro este 28M a través de las urnas dándole, con 18.091 votos y 14 concejales, la mayoría absoluta al PP de Germán Beardo. El popular ha hecho historia arrasando en la ciudad y acallando de un plumazo las voces críticas que han quedado totalmente retratadas.
Se pone así punto y final a cuatro años en los que han convivido dos realidades enfrentadas: la de la mayoría de los portuenses a favor de la gestión del gobierno de Beardo, y la de una minoría ruidosa que todo lo criticaba y todo lo achacaba al "metaverso" o a una "realidad paralela" en la que vivía el PP, aunque finalmente se ha demostrado que eran ellos los que vivían engañados.
El contraste entre vencedores y vencidos es apabullante, con un Germán Beardo haciendo historia siendo el primer alcalde de menor edad que consigue en El Puerto esta gesta, y siendo la primera vez que el PP consigue la mayoría absoluta en El Puerto. Mientras que por el otro lado tenemos como principales fracasados a David de la Encina (PSOE) y a Javier Botella (Unión Portuense). [Javier Botella, cuando ningún disfraz oculta tu verdadera cara]
De la Encina, dimitir o dimitir
Por parte del PSOE, desde hacía años desde este medio veníamos avisando que David de la Encina era todo un cadáver político, cargado de polémicas como su demostrado absentismo laboral en una fundación pública, siendo investigado por un presunto delito de prevaricación y malversación de fondos públicos en el fracasado proyecto de Pozos Dulces y con un juicio pendiente por un delito de amenazas por el bochornoso "¡Te voy a reventar la cabeza!". [Un juez investiga a De la Encina por prevaricación y malversación de fondos públicos en el fallido parking de Pozos Dulces]
De la Encina hace años que debió de haber dado un paso atrás -o al lado- en el PSOE para dejar el testigo a savia nueva más allá de su núcleo duro, igualmente acabado. Tras más de 12 años dedicado a la política se ha presentado como alcaldable del PSOE en El Puerto desde 2015 a tres elecciones municipales, perdiendo las tres (nunca fue la lista más votada).
A pesar de ello, De la Encina hacía tiempo que se había convertido en un político profesional, vive o vivía de esto. Pero claro, es muy duro a su edad volver a reabrir su despacho como abogado, perdiendo económicamente muchísimo y empezando de cero cuando se vive tan bien, y por tanto tiempo, comiendo de la olla de lo público.
Y es que, cuando se vive de lo público con 3.690 euros al mes en 14 pagas... volver al ámbito privado nunca es plato de buen gusto cuando lo único que se pretende realmente es vivir del cuento y no por el bien de su ciudad. Porque está claro, alguien que quisiera lo mejor para su ciudad no se habría presentado tres veces consecutivas como alcaldable -perdiendo las tres-, y hubiera actuado con mayor honestidad y coherencia dejando pasar a gente nueva y más preparada.
Finalmente, los portuenses han puesto en su lugar -por tercera vez- a David de la Encina, del que si le queda algo de honestidad, debería devolver el dinero que cobró sin ir a trabajar (casi 7.000 euros), dimitir de forma inmediata y dar paso ya por fin a una urgente renovación del PSOE portuense empezando por su persona, pasando por su quemadísimo portavoz Ángel M. González, así como Carmen Ojeda y María Eugenia Lara, que entre una cosa y otra llevan más de una década acaparando los puestos de poder en el PSOE de El Puerto sin haber ganado ni una sola de las elecciones municipales.
Hablamos de un PSOE que necesita renovarse desde sus cimientos y no volver a concurrir a unas elecciones municipales con la única remota posibilidad de intentar reeditar el desastroso pacto tripartito de 2015 con su anterior socio de Gobierno, Javier Botella. Un Javier Botella, por cierto, que por más que se disfrace por Carnavales o bajo las siglas de distintas agrupaciones políticas, ya no engaña a nadie y merece un capítulo aparte por el baño de humildad recibido.