Todo parece tomarse una pausa, el frío, propio e invernal, nos obliga a levantar el cuello del abrigo, y mientras mis pies se hunden en la salada humedad del final de la orilla, contemplo los dulces segundos que van rompiendo frente a mí.

Un reconfortante rayo me abraza con ternura, mientras ella me susurra al oído la dulce canción de las mareas. La Puntilla, acogedora, como siempre, me invita a reflexionar sobre lo vivido, sobre lo pasado, sobre el odio intencionado, sobre el estrés y las luces de colores que anunciaban, cada noche, un nuevo amanecer.

El Puerto cierra una etapa, quizás la primera, que aun sin normalidad, se normalizó. Poco a poco todo vuelve a su lugar, menos aquellos polvorones que nos seguirán acompañando hasta la próxima dieta.



Los excesos se olvidarán, las atrevidas locuras de lo impolíticamente incorrecto marcarán el siguiente paso. El verde de olores diversos y rancios regresará al viejo arcón, mientras sus frutos de colores y las luces del camino verán como unas solapas de cartón se precintan sobre ellas, aunque nada es para siempre.

La ola, que atrevida se alza un poco más, gritando que volverán, barre las puntas de mis botas, y yo, instintivamente, reculo buscando la seca seguridad. El martilleo constante e incesante me indica que nada para, que un segundo sigue al otro, que la mar viene y va, como en cada ciclo. Y a lo lejos, los limpios ojos de las olas me contemplan. Cuántos años, cuánto tiempo, cuánto Puerto… y aun así, cuántas mareas más me quedan por vivir. Y así mientras el Sol sigue subiendo sus peldaños, y el alma de La Puntilla sigue subiendo, trepando para buscarme, me quedo mudo ante la belleza de la coqueta y pequeña playa que me acoge con sus brazos.

Nadie perturba mi paz en aquella mañana que comienza a nacer, y yo, me sigo dejando acariciar mientras despido otra Navidad. Todo vuelve a empezar, y le digo a las olas que antes de lo que piensan volveremos a despedir el año. Al girarme, la ola más lejana, cabalgando sobre el poniente, me susurra un hasta luego, seguido de un disfruta, el año acaba de empezar…