No hubo sorpresas, y todo terminó como debía terminar, con el bastón entre las manos. Recuerdo aún cuando la anterior toma de posesión se realizó en la intimidad, en el Auditorio de San Miguel, donde no cabían ni los justos, algo que se supone para darle mayor realce… en la intimidad.

En esta ocasión, en un entorno más acogedor y amplio, con la imagen de la Patrona, que sigue siendo Alcaldesa perpetua, y bajo la mirada de un Crucifijo que miraba la Biblia, presidiendo el solemne acto, algo que a algunos sienta mal, achacando dichas presencias al talante conservador y tradicional de la actual Corporación, y olvidándose de que, en 2019, y con unos salientes, en teoría menos conservadores, también estaban bien presentes.



La única sorpresa dice que la dio Bello, para algunos con un mensaje grosero, revanchista, escasamente conciliador, vamos… sincero y real, habían ganado las elecciones, aplastantes, y aunque se puede ser menos directo, la verdad quizás duela para algunos, pues lo que si resulta nada creíble es el tono conciliador y farisaico de quienes tienden la mano para aguantar mejor las cabezas.

En fin, todo salió como debía salir, sin sorpresas, con gestos que todo lo decían, con palabras, algunas bellas y otras a lo Bello con veladas amenazas y mensajes, también sinceros y escasamente conciliadores, de sinceros sueños con ciudades místicas sin fiestas ni turismo, y en donde los fines de semana sean días laborables.

Al final, la ruleta de las elecciones se detuvo donde se detuvo, salió lo que salió, para algunos gracias al voto de personas sin criterio, pero que merecen no solo respeto, sino ser tomadas en serio, porque, si hay mucha gente que quiere el tipo de ciudad que Beardo propone; que prefieren al equipo que Beardo tiene; y que aplauden la sinceridad de quienes siguen a Beardo.

Al fin y al cabo, es lo que votó la ciudad, no es que tengamos que soportar, no es que nos quedan cuatro años, no es que vaya ruina, es que, sencillamente, es lo que El Puerto quiere, y tiene más votos porque así lo han querido quienes han votado. Por supuesto que existe el derecho al pataleo, les queda eso y los teclados.