El fin de semana es el momento idóneo para que visitantes de localidades cercanas acudan a nuestra Feria de Primavera y Fiesta del Vino Fino para pasar unas horas de disfrute.

Pero por norma general, los visitantes evitan la hora de comer, debido a que prefieren poder alargar su estancia hasta altas horas de la noche, por lo que a primeras horas del sábado se vio poco ambiente en las casetas, excepto los grupos formados por familias que escogieron la jornada de ayer para pasar un rato en Las Banderas.

Pero no fue hasta la tarde noche cuando comenzó a reinar el ambiente en la Feria. E incluso se pudo ver un grupo de turistas con guía en las inmediaciones de la caseta municipal, y es que la Feria también forma parte de la idiosincrasia portuense.

No faltó el paseo de caballistas, las ganas de fiesta, el ambiente festivo y los brindis con rebujito. 

Con todo, fue un sábado de nuevo de viento frío y algo desagradable, que es lo que está condicionando mucho a los portuenses a la hora de vestir, pero el traje de flamenca fue el rey indiscutible de la moda feriante.

Y al ser fin de semana, la fiesta se alargó hasta altas horas de la noche, ya que entre el botellón y el ambiente discotequero de la zona de casetas de marcha, es complicado no echar unos bailes y difícil está resistirse a irse.