Ya casi nadie recuerda cuando se inauguró la vieja Comisaría, una instalación pensada para una ciudad que crecería hasta el extremo de tener tres prisiones, y una amplia variedad de habitantes de segunda residencia que casi hacen duplicar la población. Una ciudad con unos Juzgados provisionales, alejados, nada funcionales, indignos, por así decirlo de esta ciudad.

Como es natural, no se puede hablar de méritos propios, y aun siendo una realidad que es ahora cuando se anuncia su construcción, tanto Comisaría, como juzgado, son una vergüenza que, por fin, el Ministerio, parece intentar solucionar. [Las obras de la nueva Comisaría de El Puerto comenzarán a final de año]



Desconozco el por qué, quién ha presionado, de quién ha sido la idea, o de dónde parten los fondos, por decir algo, y seguro, que tanto los anuncios de los Juzgados, que vuelven a ser provisionalmente más dignos, como la nueva Comisaría, serán objeto de crítica para algunos.

Todo se convierte en un arma, o bien para defenderse, apuntándose un tanto, como para arrojarla, criticando la ubicación o el tamaño. Sin embargo, por encima de todo, venga de donde venga, gobierne quien gobierne, son realidades, más que necesarias, que deben ser bien acogidas.

Una ciudad como esta, necesita instalaciones dignas para el desarrollo de la misma, y aun llegando, quizás, un poco tarde, deben ser objeto de alegría para todos. Da igual quien salga en la foto, pero la política debe ser algo más que una tabla para medrar, todos, sean del signo que sean, tienen una obligación, pues un alcalde es el de todos, y un ministro es el de todos, y viendo la foto de portada, al menos me queda la alegría de que, por una vez, los beneficiados somos todos, y aunque tampoco es plan de agradecer a quien hace su trabajo, eso, hacer su trabajo, al menos debemos alegrarnos.

Ojala, como suele ocurrir en otras ocasiones, no entremos en la típica guerra de medallas, y mucho menos, en los recortes que eternicen las obras.