David Calleja (Tribuna libre).- Llevo desde los 15 años trabajando por y para la Semana Santa, por sus hermandades y cofradías. Más que un trabajo ha sido un modo de vida, quizás porque yo no entiendo la vida de otra manera más que entregarme por entero a lo que hago, al igual que ocurre ahora con el cargo que ocupo.

Es por ello que este trabajo me dio la oportunidad de trabajar por toda España y tener el privilegio de colaborar con algunas de las mejores hermandades del ámbito nacional. Y más allá DEL CARIÑO A LAS IMAGENES, AL SER CREYENTE QUE LO SOY, el mundo de las hermandades me ha dado mucho más que los que los sueños de un crío pudieran imaginar. No es vestir ni dibujar para los santos, es hacer amigos, conocer gente maravillosa y colectivos con un grado de voluntariado y entrega a los demás brutal.

No vamos analizar hoy la labor humanitaria que desarrollan las hermandades, lo que sí hay que elogiar hoy es el enorme sacrificio para el bien de un país que hace el mundo cofrade. Una decisión dura, complicada y aun así comprensible, y responsable porque el cofrade sí mira por el bien de los demás, sí sabe sacrificarse. Algo que ojalá España entera entendiera lo que es, porque muchos cofrades sacrifican su pasión, su sueño, parte de su trabajo y su vida, y hay gente que no es capaz de sacrificar el sentarse en una terraza a tomarse una cerveza. [El Puerto suspende los desfiles procesionales de la Semana Santa]

Espero y deseo que todas esas personas que no respetan este mundo valoren lo que está ocurriendo, y si van hacer alguna burla o desprestigio que dediquen su tiempo en increpar a quien no cumple las normas de lo establecido para poder salir de esta situación.

Aun siendo complicada las decisiones, avanzamos para mejorar un problema con la esperanza puesta en que el año que viene tengamos un inicio de primavera lleno de fe, tradición y costumbres, que sin duda es como la vive gran parte de España.

Orgulloso de este mi mundo. Ese al que le he dedicado casi toda mi vida. Sé que este sacrificio va a servir sobremanera para el bien de nuestra ciudad, para el bien de Andalucía, para el bien de España.

La Semana Santa no es una fiesta más, esa que se vive solo una semana al año. Los cofrades vivimos la Semana Santa todo el año, no acaba un domingo de Resurrección, sino que comienza una nueva. Por lo que desde aquí animo a todos los cofrades a que vean este año como una demostración de que los sacrificios realmente tienen su recompensa y nuestra recompensa será el ver bien a los nuestros, cuidar de ellos, de nuestros mayores. Siempre mirando al cielo, al menos nosotros para pedir un poco de ayuda.

Tomemos ejemplo y aprendamos todos, y ayudemos a los más jóvenes cofrades que sin duda les costará más trabajo entender que su sueño de vestirse de nazareno debe esperar un año más. Quizás los años nos dieron la sabiduría de valorar las cosas más importantes y es nuestra obligación trasmitírselo. Si llueve nos perjudicamos todos, si no salimos este año, salvamos vidas, y necesitamos de muchas vidas para disfrutar como siempre de lo nuestro. Esto nos ayudará a entender que la vida está por encima de todo y que por ella merece la pena cualquier sacrificio. Incluso el de perder ese momento esperado que cada cofrade espera cada año.

Tenemos todo un año para soñar... y ELLOS siempre están en sus iglesias y capillas, aprendamos a disfrutar de la Semana Santa de nuestras cofradías todo el año

Mil gracias a todos los cofrades portuenses.