A todos nos sorprende y molesta la corrupción, algunos, no todos, más por envidia que por justicia, pero a todos, nos sorprende. Algo raro, dado que la misma forma parte de la historia desde que la misma se transmite oral o por escrito.
No dudo que incluso, en tiempos de los egipcios, la corrupción fuera plasmada a modo de jeroglífico, de ahí quizás la colocación de las manos. Pero siempre estuvo presente, curiosamente de ella no se libra absolutamente ningún partido o fuente de poder, y dado que, en principio, no genera mal alguno, sino que simplemente produce el enriquecimiento injusto de quien la práctica, el sentimiento de molestia lo es porque se enriquece, injusta y fácilmente, pero no porque merme de forma directa o personal a nadie, al margen de la concebida coletilla de jugar con el dinero de todos.
La corrupción es molesta porque no se siguen las reglas del juego, porque se toman atajos, porque se llega a donde todos queremos, pero sin esfuerzo, y eso, claro está, a ninguno nos gusta.
Señalar se puede señalar, a quien lo hace, y a quien lo consiente, y a quien se beneficia indirectamente, pero hablar de instituciones, cuando ninguna está a salvo, o de quien este en el poder, es sumamente ridículo, dado que el corrupto siempre estará al lado de quien gobierne, dándole igual la ideología, la tendencia o quien sea, pero jamás, jamás, un corrupto se ha clocado en la oposición o en posición donde no pueda llevarlo a cabo.
Eso nos lleva a que las acusaciones cruzadas, los y tú más, y el ataque, no es más que una forma corrupta de tomar un atajo para obtener aprecio popular. Decir desde abajo que no se tiene a nadie corrupto, más que una memez es ridículo, pues quien va a querer estar al lado de quien no gobierna… ahora bien, si se llega, no me cabe duda que el corrupto tratar de aproximarse.
Como decía, la corrupción tiene siempre dos notas comunes a todos los casos, uno es que siempre se genera en donde hay fuente de poder, como tras todo motor siempre puede haber bichitos; otra es que realmente nadie lo dice, pero produce envidia, por obtener lo que todos quieren saltándose las reglas.
En fin, algo triste, consustancial a la vida, y que dudo que desaparezca…. Pues el principal arma contra ella es algo que se va perdiendo… la educación, la valoración del esfuerzo y la integridad.