La Policía Nacional ha tenido que intervenir esta mañana en un nuevo altercado originado por un grupo de policías locales afiliados a la UPLBA que llevan más de dos meses secundando una presunta huelga encubierta por falta de pantalones para reclamar una subida salarial de más de 3.000 euros anuales, entre otras mejoras, tal y como denunció semanas atrás el Sindicato Profesional de Policías Municipales de España, en El Puerto (SPPME).
Según ha podido conocer este medio, los hechos ocurrieron esta mañana, cuando el subinspector de la Policía Local, Juan Carreto, cumpliendo con su labor como Jefe accidental por no encontrarse el Intendente, procedió a cerrar las puertas de las dependencias del grupo de atestados, toda vez que en ese momento no había disponible ningún policía local debidamente uniformado, con sus respectivos pantalones reglamentarios para hacerse cargo.
En dichas dependencias hay archivos de procedimientos judiciales abiertos y diversos aparatos y medios tecnológicos de valor, por lo que el subinspector como responsable de esas dependencias municipales cerró para evitar nuevos episodios de sabotajes en la Jefatura como los vividos días atrás presuntamente provocados por policías locales afiliados a la UPLBA en presunta huelga tras haberse quedado todos a la vez sin pantalones el pasado 30 de abril. Hecho este que el Ayuntamiento incluso ha puesto en manos de la Fiscalía de la Audencia Provincial de Cádiz ante posibles indicios de delito. Si bien es cierto que por convenio les corresponde tener pantalones nuevos, y el procedimiento para ello ya se ha llevado a cabo por parte del Ayuntamiento, y se está a la espera de suministro mientras este grupo de policías locales continúa tensando la cuerda.
Poco después de cerrar el grupo de atestados, -y siempre según las fuentes consultadas- al volver el Jefe accidental a la Jefatura tras realizar unas gestiones, se encontró con que alguien había abierto las dependencias del grupo, estando en su interior un policía local en pantalones vaqueros haciendo uso de un ordenador.
Ante esta situación el subinspector Juan Carreto le pidió en primera instancia por favor que abandonara el grupo de atestados, pero este policía local se negó. En segunda instancia, el Jefe accidental le dio la orden directa -como mando superior suyo- para que abandonara las dependencias. Nuevamente este policía local se negó, comenzando así una discusión que subió de tono y a la que se acaban sumando varios policías locales más en vaqueros, rodeando al Jefe accidental y comenzando a increparlo con gritos y presuntas vejaciones y amenazas. [La verdad de una vergüenza: “67 días de huelga y acciones encubiertas… y siguen”]
Ante esta actitud el Jefe accidental les ordena a todos que abandonen el lugar, y este grupo haciendo uso precisamente de esa fuerza de grupo se niega, incluso tratando físicamente de impedir al Jefe accidental que pueda cerrar la puerta.
El subinspector, de 63 años, viéndose superado físicamente por la actitud de este grupo, desiste de intentar cerrar el grupo de atestados y abandona las dependencias temiendo por su integridad física, llamando a la Policía Nacional.
Llega la Policía Nacional
Minutos después, la Policía Nacional hizo acto de presencia, mediando con el grupo de presuntos huelguistas para que depongan su actitud dándole la razón al subinspector, al ser dependencias municipales donde no corresponde trabajar sino se encuentran debidamente uniformados tal y como indica el reglamento, y habiéndose saltado presuntamente estos policías afiliados a la UPLBA además una orden de un mando superior y directo, responsable de dichas dependencias.
Tras poner orden la Policía Nacional, este grupo de policías locales calma aparentemente sus ánimos pero espera presuntamente a que los agentes se vayan para volver a entrar en el grupo de atestados, volviéndose a dar la misma situación que al comienzo, teniendo que intervenir de nuevo la Policía Nacional para poner orden definitivamente y poder finalmente cerrar la puerta el subinspector, mientras estos policías locales volvían a increpar y amenazar presuntamente al Jefe accidental.
Por todo ello, y ante un presunto delito de resistencia y desobediencia grave a la autoridad, así como otro de amenazas, el subinspector Juan Carreto se personó en la Comisaría e interpuso denuncia a estos agentes de la Policía Local, que vuelven a sumar otro capítulo más en sus reivindicaciones económicas mientras la imagen del Cuerpo de Policía Local de El Puerto de Santa María se ve cada día más dañada.
Por su parte, la concejala de Seguridad, Marina Peris, también acudió a la Jefatura tras provocarse el incidente, estando a la espera de que el Ayuntamiento se pronuncie sobre lo ocurrido.