Rafael Muñoz Leonisio (Tribuna libre).- Estoy cansado de ver el cúmulo de falacias que vienen publicando en las redes sociales y medios de comunicación la “organización sindical radical” de Policías Locales y Bomberos (UPLBA), del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, difundiendo comunicados en los que tergiversan y manipulan, sin ningún escrúpulo, la verdad, corrompiéndola a través de falsedades o medias verdades.

A esta “secta de iluminados”, en la  que ha degenerado esta organización sindical de la UPLBA en nuestra Ciudad, no se les cae la cara de vergüenza a la hora de acusar, inventar y  difundir  descalificaciones contra el  Alcalde, la Teniente de Alcalde delegada, el Intendente Jefe del Cuerpo y del Subinspector que lo sustituye en sus ausencias.

Para este objetivo parece que se inspiran en un típico manual de técnicas propagandísticas totalitario,  al más puro  estilo Goebbels, queriendo manipular a la opinión pública y ocultar a los ciudadanos la realidad de lo que está sucediendo en la Policía Local.



Y lo que viene sucediendo no es otra cosa que un “amotinamiento”, una actitud de abierta rebeldía, de desobediencia contumaz a sus mandos, promovida por una minoría de agentes de esta “organización radical”, y seguida por una mayoría de agentes asustados de las consecuencias que puede tener “no seguir las consignas sindicales”. Con tal fin emplean, sin pudor y de forma sibilina medios semi-coercitivos, creando así un clima de miedo, de desconfianza y de confusión, que nos hace retroceder a las “cavernas”, aplicando un “sindicalismo gorilista” y las “técnicas de la intimidación”, o dicho de forma más fina, imponiendo a los demás “la razón de la fuerza”.

Estos comportamientos intimidatorios, si no son cortados de raíz, mucho me temo que irá degenerando y puede acabar siendo aplicados también a los auténticos perdedores en esta situación, a los ciudadanos de a pie, que sin tener culpa de nada son mucho más vulnerables ante las presiones de un grupo de policías locales  incontrolados,  que no se someten al cumplimiento ni de la ley ni al respeto que debe imperar en cualquier colectivo profesional, máxime tratándose de un Instituto armado.

Un grupo de policías, irresponsables e insubordinados, que plantea reivindicaciones laborales y económicas completamente fuera de la realidad. Y que son insolidarias, desproporcionadas e inasumibles.

Reivindicaciones que, en su fondo y en su forma, están muy lejos de las que deben de tener como objetivo cualquier organización sindical democrática en sus principios y acción sindical, que respete la legalidad vigente, y prueba de ello es que ninguno de los otros sindicatos del Ayuntamiento, se han sumado a sus reivindicaciones estando solos y en minoría  en una cruzada cada vez más recurrente y fanática imposible de ganar.

Esos, que se amparan tras las cinco letras de unas siglas, para “disparar hoy” calumnias e injurias, son los mismos que en sus anteriores mensajes en los medios siempre mantuvieron que los últimos pantalones se les entregaron en 2017. Ahora, en su último relato de esta saga textil, supongo que por descuido, (tapar una mentira requiere echar 100 más) ya han rectificado una de sus mayores falacias y reconocen por escrito que fue en 2018 la última entrega de pantalones. Esa falsa falta de vestuario que fue pactada y asumida por ellos mismos en 2020 de buenas fe, es la que utilizan ahora para provocar que El Puerto no tenga prácticamente policías locales de servicio, a lo que hay que sumar un número de bajas laborales descomunal en los dos últimos meses, en el Cuerpo, llegándose al 25 % de absentismo laboral.

Esos, que se esconden  tras las cinco letras de unas siglas sindicales, para “disparar” hoy calumnias e injurias, también tienen la “indecencia” de decir con total “burla” y desprecio a la verdad, que en dos o tres meses el Ayuntamiento  no ha llevado a cabo ninguna acción administrativa para suministrar los pantalones,  cuando conocen con toda certeza que el anuncio para la adquisición del vestuario de Policía Local se publicó el 10 de mayo de 2021 en el Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE), porque así lo exige la Ley y que el anuncio previo para la licitación se publicó en la Plataforma de Contratación del Sector Público el 9 de junio de 2021.

Siguiendo y cumpliendo, siempre la normativa vigente en materia de contratación, según la Directiva Europea 2014/24/EU, sobre Contratación Pública.

Esos, que se cubren tras las cinco letras de unas siglas sindicales, para “disparar” hoy calumnias e injurias, no mencionan que las puertas forzadas en la Jefatura, el día de las barricadas, son interiores y protegidas con un sencillo pestillo, lo que permite abrirlas fácilmente con un simple trozo de radiografía, tarjeta o plástico duro, algo habitual que hacen los agentes cuando se les olvida las llaves en casa o cuando por razones del servicio tienen que abrir una puerta cerrada,  y sin dejar  al hacerlo, ni huella ni daño alguno.

Esos, que se cubren tras las cinco letras de unas siglas sindicales, para “disparar” hoy calumnias e injurias, tres de ellos con máxima responsabilidad en el cuadro de cargos del sindicato UPLBA, estaban la tarde que presuntamente se cometió el sabotaje, fuera de servicio, pero “casualmente” se hallaban, en la Jefatura.



El injusto acoso que vengo sufriendo, como Jefe del Cuerpo, al igual que otros mandos y policías por parte de estos “energúmenos “y fanáticos, solo puede explicarse porque no cedo  ante el chantaje, ni claudico en el cumplimiento de mi deber. No soy un Jefe cómodo para ellos, no soy un JEFE BUENO.

Como Intendente Jefe, no puedo ocultar que, en 2020, por causa del COVID-19, los policías trabajaron 3.100 jornadas menos aproximadamente (31 jornadas por agente) de las establecidas legalmente en convenio, pero nunca se les dijo que estas jornadas eran regaladas y no tenían que volver a recuperarlas cuando volviéramos a la normalidad. Y yo he informado de esta anomalía o fraude al Ayuntamiento, algo que no me perdonan. Pero como Intendente Jefe, de no decir la verdad podría incurrir en prevaricación y por mucha presión y acoso que reciba de la UPLBA, no ocultaré la verdad de lo reflejado en los cuadrantes de trabajo. Porque es mucho el dinero del contribuyente el que han cobrado sin haberlo trabajado.

Este Intendente también está presionado para obligarle a ponerse de “perfil”, ante la apertura inminente de varios expedientes disciplinarios por falta al trabajo, así como un expediente disciplinario a uno de los “gurús” más hiperactivos de este sindicalismo perverso en ha degenerado a nuestra Policía Local. Este “gurú sindical” ha sido propuesto para expediente disciplinario por faltar a la verdad en dos informes, así como también por una presunta omisión del deber de perseguir los delitos de los que tuviese conocimiento.

En cuanto a las transmisiones o comunicaciones radiotelefónicas, desde la Jefatura a raíz del desgraciado incidente de Durango 20, se dispuso un sistema de comunicaciones eficaz, a través del sistema de PDA, pero la mayoría de las agentes se han negado por escrito a utilizarlo, aún en caso de gravedad.  Este hecho pese a resultar inconcebible es completamente cierto. Este incalificable comportamiento concertado y colectivo, deja muy claro el nivel y la falta de calidad humana de esas personas-policías a las que me estoy refiriendo.

Y para colmo del “maniqueísmo” y del “cinismo”, estos defensores de la ley, que se cubren tras las cinco letras de unas siglas sindicales, para “disparar” hoy calumnias e injurias, omiten las legítimas e irreprochables instrucciones del Subdelegado del Gobierno en la Provincia de Cádiz, el cual contesta a un escrito de esta Jefatura donde se solicitaba autorización para prestar determinados servicios de paisano,  prohíbe de forma expresa  el prestar servicio sin la uniformidad reglamentaria. De esta negativa, el sindicalismo rancio e irracional que representa la UPLBA culpa sin escrúpulo alguno, al Sr. Alcalde y al Intendente Jefe, de que no los autorice a medio vestir el uniforme, sabiendo perfectamente que no pueden hacerlo, porque lo prohíbe tajantemente  la Ley.

Para terminar, estos “pastores” de “policías”, que se cubren tras las cinco letras de unas siglas para “disparar” hoy calumnias e injurias, son los mismos que hablan en un auto video grabado el día del fuerte incendio en la planta de reciclaje (RECICAB), y donde dejan claro que sólo fueron a hacerse una foto, y a dar una “patada en los huevos a los nacionales” que estaban allí partiéndose el alma currando. Así, con su propio error, nos muestran  a todos la clase de “elementos”  qué son y lo que realmente les importa el servicio público: Nada.