El alcalde de El Puerto de Santa María, Germán Beardo,ha izado la bandera de Andalucía este miércoles 28 de febrero recordando el referéndum de 1980, en el que el pueblo andaluz manifestó de manera rotunda su anhelo para alcanzar la plena autonomía apostando por cambiar la historia de nuestra tierra; comenzando a construir un nuevo tiempo basado en la democracia y en los valores de igualdad y libertad.

El primer edil de la ciudad ha estado acompañado por la subdelegada del Gobierno en Cádiz, Blanca Flores Cueto; el Comisario Provincial de la Policía Nacional en Cádiz, Santos Bernal Uceda; el Inspector Jefe de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional de El Puerto, Álvaro de Ory Nantes; el teniente coronel Jefe de Operaciones de la Guardia Civil, Alejandro Anelo López; el intendente principal de la Policía Local, David Viñuela Robles, y su equipo de Gobierno y miembros de la corporación municipal, además de un nutrido grupo de portuenses que se han sumado al acto institucional celebrado en la Plaza Isaac Peral.

Como es tradición, El Puerto con máximo orgullo institucional ha rendido homenaje a Andalucía y a su bandera, símbolos de nuestra comunidad autónoma, que avanza con fuerza y futuro, demostrando al mundo entero el talento, la valentía y el potencial del Sur; “celebrando que somos andaluces, de nacimiento o de corazón, hijos de una tierra moderna, comprometida, solidaria, con valores y próspera. Una Andalucía cohesionada que cada día genera más empleo, riqueza y oportunidades; destacando en España y en el mundo”.

Se cumplen 44 años de aquel 28 de febrero de 1980 en el que los andaluces mostraron en referéndum su deseo autonómico. Momento ahora para felicitarnos conmemorando aquella fecha, para homenajear a quienes la hicieron posible. El Puerto ha recordado también a aquellos andaluces que viven este día fuera de la región, mostrando públicamente el orgullo de ser de El Puerto y de Andalucía, que, a lo largo de su historia, ha forjado una robusta y sólidaidentidad que le confiere un carácter singular como pueblo, asentado desde épocas milenarias en un ámbito geográfico diferenciado, espacio de encuentro y de diálogo entre civilizaciones diversas. La Ciudad de los Cien Palacios ha recordado en este #28Fel valioso patrimonio social y cultural de esta tierra que es parte esencial de España que comparte un mismo proyecto basado en los valores de justicia, libertad y seguridad, consagrados en la Constitución de 1978, baluarte de los derechos y libertades de todos los pueblos de la nación.

El Puerto ha dejado constancia de que nuestra tierra compite en mercados internacionales, lidera proyectos empresariales y aporta innovación; mirando de frente al futuro y respondiendo a los retos, comprometidos con nuestro país y con el mundo.El Puerto de Santa María ha recordado de nuevo, al pueblo ucraniano, víctima de la guerra declarada por Rusia. También a David Pérez Carracedo y Miguel Ángel González Gómez, los dos guardias civiles fallecidos el pasado 9 de febrero mientras luchaban contra el narcotráfico. El tributo a sus nombres se ha extendido a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, ejemplo de abnegación y sacrificio en pro del bien común; enviando también un abrazo fraterno a la ciudad de Valencia en memoria de las víctimas del incendio ocurrido el jueves 22, reconociendo la labor del Cuerpo de Bomberosy la solidaridad con las familias afectadas, así como el apoyo incondicional a nuestra gente del campo.

Para El Puerto es un orgullo rendir homenaje un nuevo 28 F a nuestra tierra, que avanza con fuerza y futuro, “demostrando al mundo entero el talento, la valentía y el potencial del Sur, celebrando que somos andaluces y de El Puerto, de nacimiento o de corazón, hijos de una tierra moderna, comprometida, solidaria, con valores y próspera. Una Andalucía cohesionada que cada día genera más empleo, riqueza y oportunidades, destacando en España y en el mundo”, concluye Germán Beardo.

La niña con zapatos viejos

(A mi madre, Andalucía, desde mi propio exilio)

 

Andalucía es una niña

que lleva zapatos viejos

y tiene los ojos verdes,

o azules, cual mar y cielo.

 

Canta y suelta por su boca

lo que le sale de dentro

y ríe cual malvaloca,

esté triste o sonriendo.

 

Pregunta a Cristo, a las rocas,

al mar, a la viña, al cielo,

el porqué de cada cosa

por descifrar sus misterios.

 

Llorando, gime al compás,

de los borrachos sintecho

que entonan sus desventuras

al son de un cante sincero.

 

Lleva a la luna en sus hombros

y va cargando su peso,

para jugar con su sombra

cuando el levante sea fiero.

 

¡Qué lejos!, ¡qué lejos queda la niña

con sus zapatitos viejos!

¡qué vieja y pura es su madre!

¡qué eterno y vivo es su fuego!

¡qué culta y digna es su sangre!

¡cuántos amantes y celos!

 

Que si las nanas te duermen,

es porque brillan sus versos

y en su verso se entretiene

la flor de tus sentimientos.

 

¡Ay, niña, ponte a jugar,

que quiero verte en tus juegos,

 inmersa en cada locura

que a tu mente trajo el viento!

 

Que el cielo de aquí es muy triste,

que el suelo de aquí es muy seco

y hasta las almas felices

tienen escarcha de hielo.

 

¡Quéjate en algún fandango,

aplaude a un pase torero,

vibra con un pasodoble,

rézale a tu Nazareno,

explota en mil carcajadas,

usa tu guasa y tu acento

haz notar tu raza noble!

 

¡Ay, cuánto la echo de menos!

¡Qué lejos! ¡Qué lejos queda mi niña

con sus zapatitos viejos!

 

 

Francisco Aurelio Dávila Rosso