Nada ha cambiado. La inflación, esa palabra que nos hemos aprendido los españoles, parece que no afecta a la plaza de El Puerto. Si de un supermercado se tratase, habría colas para comprar en él. Porque las “pelúas” en la real plaza, llevan mucho tiempo en oferta. Ni las grandes superficies pueden competir. Eso de lleve tres y pague dos pasó a mejor vida. En la plaza de toros de El Puerto, a veces mimetizada con el mercado de abastos, si matas de un bajonazo te llevas la oreja. No hay quien pueda competir con estos precios de saldo. Aunque no todo es abundancia. Estando anunciado Roca Rey, el torero más taquillero del momento, el aforo no llegó a los tres cuatros de plaza. Quizá sea por ese nivel tan bajo que se le ha puesto al triunfo en El Puerto que al aficionado le ha dejado de interesar el espectáculo. Y ya sabemos que el gran público es imprevisible.

La corrida del sábado tuvo muchos momentos interesantes como la despedida de uno de los toreros más importantes de lo que llevamos de siglo. Julián López El Juli, aquel niño que por su primera comunión pidió a sus padres como regalo torear. Aquel muchacho que reventó las taquillas siendo novillero y en sus primeros años de alternativa. Y ayer volvió a demostrar que es y ha sido uno de los toreros más completos del escalafón sobre todo en con el cuarto de la tarde con el que estuvo porfión y muy por encima de su oponente.



El Juli está de retirada. No sabemos si temporal o definitiva. En cualquier caso, hay que agradecerle estos años de profesional, de vergüenza torera, y de saber estar en la plaza y en la vida.

Interesante también es acudir a la llamada de Roca Rey. El valor de este torero traspasa los límites de la prudencia. La gesta de matar a su primero con una cornada en el gemelo de 18 centímetros, y salir a matar al sexto en contra de la recomendación de los médicos, dice mucho de quien no necesita actos de heroicidad para estar anunciado en los carteles. Mejor en su primero que en el sexto de la tarde, un toro que no quería pelea aunque Roca mantuvo la porfía hasta ligar un par de tandas por el pitón izquierdo en el que se gustó.

Y El Puerto tiene un torero que se llama Daniel Crespo. Un torero que cada vez que se ha anunciado ha dado la cara, y ha triunfado. A pesar de las pocas oportunidades, hay que valorar lo bien que anduvo ante sus oponentes. Sobre todo con su segundo, al que desorejó tras una faena muy completa, con mucho temple y torería, sin aspavientos, y llamando a la puerta de los despachos. Lástima que esto esté montado de esta manera. Pero ojalá que este torero comience a funcionar porque es uno de los exponentes del toreo clásico.

He comenzado esta crónica criticando lo barata que siguen estando las orejas en esta plaza. Lo fácil que es abrir la puerta grande. Pero quiero terminarla con un deseo y no es otro que el novillero portuense Juan de María rompa el cerrojo de la puerta grande con el toro complicado que le ha tocado lidiar. No tengo el placer de conocerle, pero estoy seguro que como torero que es, se va a enfrentar a esa alimaña con los cojones que merece. Suerte torero. Estoy seguro que esa puerta grande se abrirá de par en par porque ganarás la batalla.

 

FICHA DE LA CORRIDA

Toros de Núñez del Cuvillo. De correcta presentación, el quinto premiado con la vuelta al ruedo. Casi tres cuartos de entrada.

El JULI: Estocada trasera (oreja); estocada trasera y atravesada haciendo guardia, y descabello (oreja con petición de la segunda).

ROCA REY: Estocada (oreja); sartenazo (oreja).

DANIEL CRESPO: Estocada baja (oreja); estocada (dos orejas).