El pasado 6 de junio se produjo un evento que, en todos los aspectos, traspasó lo futbolístico para convertirse en un acto folclórico de nuestra identidad bajoandaluza y cultural.
Joaquín, del que siempre he oído hablar en casa como Joaquinito por su parentesco con mi madre, se retiraba del juego y nada más salir la lista de invitados al homenaje organizado en su nombre, ya pude ver que aquello no sólo era fútbol sino algo más.
Comenzaron con un ambiente de fiesta que se silenció para oír a piano a la gran Niña Pastori, que, gaditana también, emocionó al personal, a pesar de que muchos quieran oír en sus palabras algo que ni dijo ni se oyó. Cantó un “Cádiz “ sin filtros y con garra, provocando la admiración de todos y del propio Joaquín, del cual se mencionó en numerosas ocasiones, su procedencia portuense.
Estaban anunciadas grandes figuras como Guti, Raúl, Casillas etc y todas cumplieron un gran papel, así como lo hicieron todas las grandes estrellas del Betis de otras épocas y de los equipos donde Joaquín ha jugado durante su carrera.
Cabe destacar la presencia en el terreno de juego, de sus hermanos, que fueron recibidos con gran cariño.
El público rugía y entre olas y cánticos y acompañados por una lluvia, al principio leve y soportable y después algo más intensa, pudo presenciar una gran noche de gran emoción y sin duda inolvidable.
No faltaron los capotazos, las lágrimas, así como las sonrisas. Para aquellos que, como yo, jamás habíamos presenciado un partido de fútbol, fue impresionante puesto que se pudo ver en las caras de quienes jugaban, un verdadero disfrute y desenfado. Las leyendas gozaron y el Betis actual y antiguo se fundieron hasta tal punto de ganar la contienda amistosa.
El evento terminó con cohetes y abrazo a su familia. En definitiva, un momento que traspasa lo futbolístico y se convierte en parte de nuestra identidad cultural, bajoandaluza, folclórica y sentimental.
Adiós, pero no hasta siempre
dijiste al aficionado,
más todo lo que le has dado
perdurará en nuestras mentes.
Adiós, que es palabra fuerte
y de luto pone Sevilla ,
pues del Betis y su herida
lloró hasta la blanca y verde.
¡Qué orgullo del portuense
porque a nuestra tierra mimas
y mencionas en tu vida
como una raíz muy fuerte!
España quiso quererte
por tu enorme desparpajo,
y el arte y el desenfado
con el que te muestras siempre.
Adiós, dicen los flamencos,
adiós por tu retirada,
adiós músico y torero,
adiós con pocas palabras.
Adiós al fútbol del arte ,
adiós a tus joaquinadas,
adiós sencillo, elegante,
a un diecisiete de raza.
Adiós al niño del Puerto,
adiós al que tiene alma,
adiós a uno de los nuestros,
adiós, Joaquín de mi alma.
¡Que lo sepa el mundo entero;
que no hubo un adiós tan puro,
nunca eterno, siempre grande
como el que en el Betis tuvo
El capitán: don Joaquín Sánchez!