Que haya votado o no, apenas le importa a nadie. Puede que alguien se interese en saber qué he votado o no, pero para mí, lo más importante es que era mi primera vez que voto en España, en El Puerto, mi ciudad. Me levanté temprano para poder votar, en parte ilusionado, a ratos decepcionado. Con dudas, muchas dudas, ahora con miedo a que, si digo qué he votado, se me encasille, se me insulte, por unos o por otros, porque me he dado cuenta de que vivimos en una sociedad en donde en función de lo que decidas se trata.

Votar, para mí, es algo mucho más importante. Creo que el sistema que rige la mayoría de los países es correcto. Que son importantes las diferencias, que la forma de pensar une, y no separa. Pensar de forma diferente nos hace crecer, pero algunas personas no crecen, insultan, basan sus ideas en destrozar, por cualquier medio al que no piensa como ellos, creen en el pensamiento único, y eso es un atraso.

Ya he votado, creo que, de los primeros de mi colegio electoral, y me da igual si me he equivocado, me da igual si a los que vote tienen mayor número de concejales o menos. Me da igual quien gobierne, pues entiendo que salga quien salga querrá lo mejor para la ciudad, de una forma o de otra.

Por mi parte yo, he ganado, he tenido la oportunidad de tomar parte, he votado, y esa es la mayor victoria de la persona, porque nosotros no gobernamos, no ganamos nada material con que otro obtenga más votos, ganamos desde el momento en el que podemos decidir, ganamos cuando votamos, y perdemos cuando tenemos miedo a decir lo que hemos votado, miedo a perder amigos, miedo a que os señalen, miedo a que se rían porque la elección no haya sido acertada.

Por eso, hoy ya he ganado mis elecciones, pero visto el talante de los comentarios durante la campaña, pienso que he perdido cuando no puedo decir, sin ser blanco de burlas de alguien, por quién lo hice, pues siempre hay quien se molestará por elegir a perdedores, o por elegir a ganadores que están en el ojo del huracán de gente de mente estrecha, o por elegir opciones varias. Respiro hondo orgulloso de ser persona y votar, y parte de mí se entristece por el odio de quienes no entienden que decidir es ganar.