Desde que el mundo es mundo, jamás existió la profesión de político profesional, si por tal entendemos de quien ofrece sus servicios al pueblo. Incluso los técnicos, asesores o secretarios, no son profesionales de la política, sino profesionales de diversos sectores profesionales que ponen sus conocimientos al servicio de los que actúan como políticos.

Ello nos conduce a centramos en saber qué es un político, pues básicamente, hoy por hoy, es aquella persona que presentándose a unas elecciones, y resultando elegido, ocupa un puesto, político, no alcanzando ninguna distinción ni profesional ni laboral con ello.

Curioso que se diga que alguien no tiene facultades políticas por su dedicación en el mundo laboral a otros menesteres, sobre todo teniendo desde limpiadoras a conserjes, de médicos a abogados, de enfermeros a secretarios administrativos, y por último, incluso estudiantes, y porque no, artistas de todo índole, incluidos los payasos, los cuales los hay hasta con más de una carrera.



Si este mundo fuera mínimamente lógico y coherente, la política seria ejercida por aquellos con formación y conocimientos suficientes de derecho administrativo o gestión de empresas, por poner un ejemplo, conocimientos que dudamos tengan más del cincuenta por ciento de los candidatos a puestos políticos, sobre todo porque algunos ni siquiera han trabajado en su vida, aunque aprovechen la collada para vivir de algo para lo que nunca estudiaron ni se formaron.

Llegados a este punto, y dado el normal desarrollo de la acción política, es atrevido criticar a cualquier candidato, pues no existe lista alguna de formación política que no incluya entre sus miembros a alguien que suelen denominar, sin currículo alguno, como  conocido miembro de la comunidad.

Situación, cuando menos, ridícula, que nos lleva a sonreír cuando quienes habiendo querido llegar, y empleando un lenguaje escatológico, a sedimento sólido, se quedaron solo en ventosidad que no llegó a percibir ni su entorno cercano, pero criticando con saña a quienes según su docta sapiencia ejercen la política sin los conocimientos suficientes, aun con el respaldo del que considera aborregado  rebaño de votantes que no supo ver en su día sus maravillosas y eméritas cualidades.