Manu Garro (Tribuna libre).- "Con su falta de ética y carencia absoluta de responsabilidad y dignidad, tanto personal como profesional. Resulta paradójico que tengamos que soportar las enseñanzas que nos quiere dar a los demás de gestión política y de compromiso cuando está sentado en su silla del Pleno, conociendo su falta de vergüenza manifiesta”. Más claro no ha podido ser el secretario general y portavoz del PP portuense, Javier Bello, con la corrupción. Así es como se deben hacer las cosas en política, con valentía, sin dudar, con decisión… ¿sin distintas varas de medir? [De la Encina de nuevo envuelto en una presunta trama de corrupción en Andalucía Emprende]

Y es que se podría pensar que Bello dedica estas palabras al secretario general del PP, Pablo Casado, por el juicio por la reforma de la sede del partido en la calle Génova de Madrid, pero no, resulta que solo se las dedica al portavoz y ex alcalde socialista David de la Encina, de quien se ha publicado que se le puede enjuiciar por el viejo caso de su ausencia en el trabajo en la Fundación Andalucía Emprende para dedicarse a la campaña electoral de 2015.

Al parecer, para el dirigente portuense popular hay juicios y juicios y, por tanto, sentencias políticas condenatorias antes de que se abra una sala o excusas del pasado cuando se aplazan otras.



Ya dije en su día que creía en la inocencia de David de la Encina y lo sigo creyendo. Otra cosa es su habilidad personal para meterse en líos de forma gratuita. Y también dije en su momento que si ha cometido un error, lo debe pagar.

Y para eso señor Bello están los tribunales, para que decidan qué es lo que se ajusta a la ley y qué no. No me valen las dobles varas de medir. Entiendo que esta historia del pasado que ahora reverdece es muy jugosa y que ese mal entendido como ‘juego político’ propicia que se pida la dimisión del rival como estrategia de degaste, pero sinceramente los militantes del PP no son precisamente los más apropiados para dar lecciones de ética.

Además de que detrás de estas acusaciones me huele un cierto tufillo a tapar errores propios en la gestión municipal y en estos casos pedir honestidad queda muy bien, pero es más fachada que realidad. Es como cuando su alcalde, Germán Beardo, asegura que no se va a vacunar hasta el día que le toque. Como titular puede sonar bien, pero cumplir con la legalidad, como deben hacer el resto de portuenses, no tiene ningún mérito.

Por eso, voy un paso más. El día que usted sea capaz de pedir públicamente la dimisión de todos los dirigentes del PP que estaban cuando se pagaba con dinero B las reforma de Génova (Y hablo de este caso porque solo es el último en estar de actualidad con respecto a  su partido), yo ese día se sumaré a usted y le respaldaré la petición de dimisión de De La Encina.

Hasta entonces, si no sabe hacer las cosas en política con valentía, sin dudar, con decisión, no dé lecciones de ética a nadie.