Danuxia Enciso (Tribuna libre).- Nos encontramos ante una campaña de acoso, -que no de derribo, porque para eso hay que poder-, de una oposición política sedienta, inane, rencorosa y cainita, que no tiene el más mínimo escrúpulo en fustigar mezquinamente todo lo que, desde el equipo de Gobierno del PP y Cs, con gran esfuerzo e implicación se hace por nuestra ciudad.

Digo con gran esfuerzo, porque ellos mejor que nadie saben, ya que acaban de salir de gobernar el mismo Ayuntamiento en el que ahora nosotros nos encontramos, que nada dentro funciona como es debido.

Rasgarse las vestiduras por cómo se hacen o se dejan de hacer las cosas dentro de esta complicada casa me parece de un cinismo a la altura de su incompetencia para hacer una oposición responsable y constructiva.

Estar en la oposición, sobre todo en un municipio, no tiene por qué significar remar en contra de la ciudad o de cuantas soluciones se planteen desde el Gobierno para resolver los problemas de siempre, los que también ellos tuvieron y padecieron, son los mismos, porque la mayoría son endémicos de este Ayuntamiento y requieren de profundos cambios.

Verdaderamente notables son los esfuerzos del número dos de Vox, Leocadia Benavente, que es la líder de la oposición -tanto la de derechas como la de izquierdas- en sacar tajada de cuanto suceda. Su oportunismo para lanzarse con asombroso rencor al cuello de ésta concejal o del que toque en cada momento es digno de mención por su saña.

Que los eventos del verano, las instalaciones recreativas o de feria, los conciertos, los mercadillos son siempre un quebradero de cabeza para sacarlos adelante no es nuevo, ha ocurrido siempre y hay que mejorarlo.

Que las terrazas y sus condiciones de implantación, así como la contaminación acústica que provocan son un hueso que hay que roer, no es nuevo ya pasaba con ellos, y hay que mejorarlo.

Que los procedimientos establecidos, aparte de los reglados son susceptibles de cambio y de mayor proporción respecto al destino al que sirven y al tiempo del que se dispone para ello, no es tampoco nuevo y hay que mejorarlos.

Al menos no es nuevo para ellos, por eso digo que resulta cínico hacer preguntas cuyas respuestas conocen mejor que nadie, porque como sabemos ya han estado gobernando.

Que los serios hándicaps internos entorpecen cualquier iniciativa, es una tozuda realidad, bien conocida por todos los que ahora se asombran de su existencia.

El cambio radical que requiere este Ayuntamiento es evidente, pero una monumental estructura anticuada e inadaptada a los tiempos y a la velocidad actual, no se cambia ni en un año ni en dos, hay que ir planteando con solidez las bases para la transformación pero mientras tanto, la ciudad no puede dejar de moverse.

Pero la segunda de Vox, la señora Benavente, que tan vehementemente ataca, no parece conocer -hace ya tiempo que gobernó- que esta concejal no tiene competencias en reforzar el personal del que carece Urbanismo, más allá de solicitarlo hasta la saciedad, como ha venido haciendo desde que llegó.

La número 2 de Vox, vomitando dice, atacando otra vez, que esta concejal es indolente por no conseguir esos refuerzos de personal que tan necesarios son. Parece desconocer el Plan de Ajuste al que este Ayuntamiento está sometido y parece desconocer la situación del área de Personal de este Ayuntamiento, ciertamente compleja. No iré más allá en intentar definirla, parece desconocerlo todo, salvo la forma de entorpecer cualquier iniciativa que ayude a una recuperación de esta ciudad.

Es verdaderamente notable el afán de esta mediocre oposición, de que El Puerto, al menos mientras gobierne el PP con Cs, no consiga levantar cabeza, y ello a pesar de haber vivido una situación asombrosa y excepcional que nos ha dejado tocados a muchos, hundidos a unos y muertos a otros.

Lo que se espera de una ciudad ante las dificultades es la unión de sus gentes, de sus dirigentes, sumando no restando, impulsando no degradando, la difícil empresa que es salir adelante cada día.

Es muy vergonzante la actitud “buscona” de cualquier posible fallo que se pueda producir para lanzarse como hienas, en lugar de reforzar las posibilidades de sacar adelante esta empresa que es la de todos.

Utilizan la venganza y el rencor de los perdedores como un arma, y no parecen ser conscientes de que así rompen su alma y el alma de esta ciudad que con tan lamentable ayuda no se levantará jamás.

Todos tenemos que mejorar, yo lo intento cada día de mi vida, en ello nos dejamos la piel, por responsabilidad, pero también por dignidad.

¡Muy decepcionante!