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Según la Psicología, a veces nos conducimos inconscientemente por sentimientos cuya naturaleza desconocemos. Estos fenómenos los denominados ‘complejos’, y están constituidos por representaciones y recuerdos de intenso valor afectivo, que se manifiestan en conductas que acaban siendo habituales.

Muchos de esos complejos toman su nombre de personajes mitológicos o de leyenda que los representan. Por ejemplo, cuando un niño siente una intensa envidia y hostilidad hacia su hermanito pequeño, este complejo se denomina de Caín; si es un varón excesivamente apegado afectivamente a su madre, se habla de complejo de Edipo, etc.

Pues bien, hay un tipo de complejo que me voy a permitir llamar de Moisés (aunque la verdad no está tipificado), y que yo aplico a ciertas personas que creen ser o estar destinadas a ser salvadores espirituales y que en su delirio, se creen libertadores. Igual que Moisés, pretenden guiarnos hacia una tierra “liberadora y de promisión”. Son individuos que se sienten superiores y deciden por los demás lo que ellos consideran mejor.

Como es sabido, Moisés consiguió con la ayuda de Dios abrir las aguas del Mar Rojo para liberar a los hebreos del dominio egipcio y conducir el éxodo hacia la Tierra Prometida («Y dijo Dios a Moisés: ‘Yo soy el que soy’. Y añadió: Así dirás a los hijos de Israel: ‘Yo soy’ me ha enviado a vosotros» (Éxodo 3: 14). Y es que estas personas suelen tener cierto tipo de ‘delirio místico’ y la creencia de poseer poderes trascendentes.

El Complejo de Moisés

En la vida real, pues, aparecen a veces estos sujetos con el afán de redimir a los ciudadanos de la miseria, el ‘pecado’ o las injusticias. A los ‘salvadores patológicos’ les hacen falta ‘víctimas’, y si no las encuentran, las crean ellos mismos. Hay que tener cuidado con estos individuos, encierran peligro. Dos casos de sujetos delirantes, y redentores aparecen en las películas que he elegido para hoy. Comentaré, de una parte, el film Taxi Driver (1976) de Scorsese; y la otra cinta es Joker (2019), de Todd Phillips. En ambas se retratan hombres con el Complejo de Moisés si bien hay que matizar, que aunque Moisés es un personaje severo, éstos de los que hablo, además de severos son violentos.

 

TAXI DRIVER (1976).

TAXI DRIVER (1976). Travis Bickle es un excombatiente de Vietnam insomne que trabaja como taxista nocturno en Nueva York. Hombre poco sociable, tras un ‘fracaso’ amoroso comienza para él una etapa delirante en la que observa desde el interior de su taxi, cómo la ciudad vive en sus noches una escalada de violencia, prostitución y delincuencia. A partir de entonces su idea obsesiva será limpiar las calles de tanta degradación. Para ello pasa a la acción con mucha ira y armado hasta los dientes. Gran dirección de Martin Scorsese y un reparto donde sobresale Robert De Niro en el papel de taxista, uno de los mejores trabajos de su carrera.

De esta obra se ha dicho casi todo, pero quiero referirme al personaje. El taxista, en su demencia, se ve a sí mismo como alguien destinado a librar al pueblo de sus males y conducirlo por el ‘buen camino’. Su tendencia redentora caerá con fuego y furia sobre los bajos fondos de la ciudad. Película impactante, imágenes poderosas e inolvidables. Un aplaudido y controvertido drama de angustias colectivas y traumas imposibles. Martínez escribió: "De Niro se mira al espejo y de un golpe de rabia... queda inaugurado el thriller llamado moderno".

Gran verdad, los que la vimos en su estreno nos quedamos atónitos con esta película. Hasta ese entonces no se recordaba algo parecido. La obra sigue vigente, moderna y profunda, más aún para los tiempos que corren, cuando a cada tanto aparece un iluminado que arrastra a pueblos con su populismo mesiánico a la indolencia y la ruina.

 

JOKER (2019).

JOKER (2019). El director Todd Phillips nos sorprende con esta cinta dura, de impecable realización y sugerente fotografía crepuscular. En mi modo de ver, la ‘conexión’ de Joker está con en el film “Taxi Driver” que he comentado antes; Phllips ha visto esa cinta seguro. Arthur Fleck, el protagonista, trabaja en un centro de clowns y se dedica a alegrar la vida de los niños. Fleck vive con su madre enferma una existencia lamentable, es un hombre fracasado con una infancia terrible, un loco recién salido del psiquiátrico ignorado, marginal e incluso agredido gratuitamente. Estamos ante una tragedia feroz, un viaje a los infiernos interiores.

A todo ello se suma un portentoso ejercicio de energía visual y sonora. La cosa es que Fleck sueña triunfar con su inquietante risa. Pero tras un episodio fatal en el cual hace uso de una violencia asesina, por primera vez Fleck, con su peluca y su maquillaje de payaso, empieza a sentirse bien como joker, un joker reivindicativo y furioso. Destaca en el reparto Joaquin Phoenix en el rol de Joker, un actor que hace una interpretación descomunal. Creo poder afirmar que “Joker” es el “Taxi Driver” de hoy.

En aquella cinta, Scorsese elige a un pobre joven loco que conduce un taxi como salvador. Joker es igual, pretende purificar también la injusta realidad neoyorquina donde malvive, y la gente acaba siguiéndolo en los tumultos, con ropa de payaso y su delirio irracional y justiciero. Tanto el taxista como el payaso encuentran en la acción violenta un método destructor y salvífico. Los dos creen tener en sus manos la vara que guía a la sociedad por el camino de la ‘verdad’. Locura total.