“Tengan cuidado ahí afuera” era la frase que pronunciaba el sargento Esterhaus cuando finalizaba la reunión matutina en la que, el equipo de detectives y policías de la comisaría Hill Street planificaban la jornada, en la homónima serie «Canción triste de Hill Street” (Hill Street Blues). Esta serie ochentera de culto que cambió el planteamiento de este formato televisivo, llenó las pantallas de los televisores españoles cuando la oferta de series era más reducida que la actual.

Patrullar una ciudad norteamericana a principios de los 80, un trabajo ciertamente peligroso, tenía que ser una experiencia especialmente estresante. Aquí, en El Puerto de Santa María, debe ser estresante también e incluso llegando a afectar al transeúnte pues hay veces que no se sabe si es realidad o ficción los comportamientos de los distintos cuerpos de seguridad. Y es que de película fue una carrera de vehículos policiales que se pudo contemplarse semanas atrás, con un centro a rebosar por diversos actos, en Ribera del Marisco dirección Micaela Aramburu, y luego viceversa. A toda pastilla, oiga. Cuidadín.



En una ciudad como ésta, ya va siendo norma habitual un sobresalto a las tres de la mañana por el ruido de sirenas, o toparte con la ‘perfomance’ de un colectivo policial a las puertas del Consistorio. Peor será si te toca el día que te sancione -con malas maneras y gafas de sol a lo Sheriff Lobo- por una infracción de la circulación. Y es que hay quienes van sobrados de revoluciones en su deber por la seguridad ciudadana. Acelerados.

Sería ciertamente beneficioso que llegase a buen puerto la propuesta de un grupo político municipal que propone el modelo conjunto de implantar la sede de la Policía Local en los terrenos de La Angelita, junto a la Comisaría de CNP. Indudablemente trasladar estas dependencias a esa zona es algo que llevan reivindicando numerosos colectivos ciudadanos. Por otro lado, es sabido que los actuales dos edificios poseen numerosas carencias y deficiencias y no cubren las necesidades de la ciudad y su entorno por lo que se espera comience pronto su construcción.

Sea como fuere, lo mejor de todo es que parece se ha terminado de concretar una demanda que el gobierno central por fin va a ejecutar, aliviando así una zona como la Avenida con nombre de caudillo griego donde pues ni se puede aparcar o lo mismo te desvelan a las tantas con las sirenas como en las películas olvidando el descanso de los vecinos. Lo ideal sería que se fueran todos a la Angelita a molestar a los amigos de las prisiones que, con gran decoro, saludaron desde sus balcones al ministro Marlaska en una reciente visita a los terrenos. Entre el local de "relax", la poli, y esos funcionarios protestones la diversión en esa parte alta de la ciudad quedará garantizada. Y la Feria un poco más arriba.