[Lee aquí los capítulos anteriores] Conocí hace algunos años a una bella mujer que no disfrutaba de la primavera, decía que sentía cansancio, se fatigaba, no tenía ganas de nada, se irritaba con facilidad, y me lo pegó.

Creo que se llama astenia primaveral, y creo que “El Bigotes” tiene el mismo problema. Sin embargo, no comparto dichos síntomas, para mí, El Puerto en primavera me parece maravilloso, aunque algunos se empeñen en mostrar por Facebook fotos de hierbas malas dispersas.

Salgo a tomar mi café y veo el aire más limpio, el día más luminoso, los balcones más alegres, y, en fin, me siento de un ánimo encendido que me alegra.

Por naturaleza soy optimista, y nunca veo, como suele decirse, el vaso medio vacío, sino medio lleno. Si paseo, mi vista suele detenerse en lo hermoso, y evito fijarme en lo que me desagrada. Y esta ciudad tiene cada vez un color más hermoso. Supongo que no todo el mundo compartirá conmigo esta sensación, pero prefiero pensar en positivo, y quiero aportar a esta ciudad.


Hoy he salido y he comprado veinte macetas de esas plantas tan típicas de aquí, las que dan unas flores como pompones de diversos colores, geranio, todos rojos, y ya tengo mis dos balcones con sus macetas. Supongo que, como siempre, apenas me duraran, tengo mala mano, pero cuando se estropeen, los iré reponiendo.

Lo peor de todo vendrá cuando haya que regar, porque mi compañero de piso ya me aviso que él, el agua la toca solo para asearse.

De momento me ilusiona esta nueva obligación. Ahora cuando me asomo siento la casa más viva y agradable, y oteo en el horizonte y veo que muchos balcones también se adornan con flores, nunca me fijé en los balcones de “mi” nueva ciudad, pero son bastante bellos y mas durante la primavera.

Una verdadera lástima lo que sufren con el cambio de estación, y creo que la celebración del Vino Fino se inventó para esto mismo, para animar a quienes sufren de ese ánimo caído y entrar en la estación con mejor pie.

La Feria, deseando estoy de que llegue, y aunque trate de ir a la de Sevilla, no me atreví, y la de Jerez no sé si iré, pero “El Bigotes” me aconseja que viva la nuestra, para él la mejor del mundo, supongo que será porque como en casa, no se está en ningún sitio.