
“Nuestra harina El Vaporcito siempre apoya la cultura, el deporte y el arte”.
Estas películas están inspiradas en el auge de las agencias de alquiler de amigos en Japón, lo cual se extiende por el mundo occidental, o las modernas agencias de parejas.
Me refiero a: Materialistas (2025), de C. Song; y Aquí un amigo (2024), de B. Wenger.
MATERIALISTAS (2025). Estamos ante una realización cinematográfica inteligente y con mordiente, de la directora coreano-canadiense Celine Song. Tiene un tono de comedia romántica y al principio parece una película amena sobre un triángulo amoroso. Pero hay más… pues las cosas y las situaciones se van complejizando.
Dakota Johnson interpreta a Lucy, mujer soltera y profesional de una empresa matrimonial en Nueva York, que conecta a sus clientes con parejas basándose en criterios absurdamente específicos y, a menudo, poco realistas. Para Lucy, responsable de nueve matrimonios en los últimos años, el amor es pura matemática.
El valor romántico de una persona se basa en factores cuantificables, como la edad, la altura, los ingresos, el índice de masa corporal y las creencias políticas. Un hombre rico es un buen partido. Un hombre rico que mide más de 1,80 metros es un “unicornio”, una especie rara.
En la boda de un cliente Lucy conoce a Harry, interpretado por Pedro Pascal, un auténtico unicornio (muy bien Pascal: "buen casting"). Entonces se propone convertir a Harry en mercancía vendible y presentárselo a sus clientes, pero resulta que él solo tiene interés en ella.
Lucy no puede resistirse a su persona y a su lujoso estilo de vida. Aunque mantiene relaciones con Harry, la distrae y le encandila su lujoso apartamento de 12 millones de dólares.

El exnovio de Lucy, John, es todo lo contrario a un unicornio. Interpretado por Chris Evans, es pobre. Muy buena persona, pero actor fracasado que trabaja de camarero. Lucy es consciente de que más allá de lo que sienta por John, la pasta tiene su peso.
Problemas en el trabajo, Lucy empieza a pensar que puede que ella sea una mala persona. O una persona cuyos valores se han desviado de forma desalentadora. Todo ello está envuelto en la sugerente música de Daniel Pemberton y una buena fotografía de Shabier Kirchner.
La película se torna severa en la segunda mitad, cuando la Song toma las riendas con firmeza, pues está haciendo una película sobre quienes venden la fantasía del amor. Pero en esta cinta no se vende esa fantasía y Song evita sabiamente tal hipocresía. En este su segundo largometraje se consolida como una cineasta interesante y reflexiva.

Porque «Materialistas» finalmente encuentra su camino de regreso al amor, a través del autoanálisis y la autoincriminación. No es una historia conmovedora sobre el amor verdadero. Es una historia intelectual sobre el amor, verdadero o no, que demuestra que es algo más complejo que un listado de preferencias.
Además, deja claro que el amor en sí está por encima del dinero, de la apariencia física o de los laureles de la vida. Recuerda esa vieja canción de Genaro Monreal (que cantaba Manolo Escobar): “Ni se compra ni se vende / el cariño verdadero / ni se compra ni se vende / no hay en el mundo dinero”. Y bien cierto es, que el amor no tiene valor dinerario, es más bien un don de Cupido.
Es recomendable la película por lo que es, no por lo que parece desde fuera, como la presentan los vendedores de romances, cosa que la directora Song critica. Es una gran película sobre el romance genuino, sea técnicamente "romántico" o no.
AQUÍ UN AMIGO (2024). Matthias (Schuch) dirige una agencia de alquiler de amigos. Su vida, construida sobre la impostura emocional, es un rosario de fingimientos, engaños con forma de verdad, una farsa tras otra, simulación permanente, disfraz y teatro perennes.
Matthias se viene abajo cuando su novia, harta de tanta falsedad, lo abandona, obligándolo a enfrentarse a su propia identidad, a su verdadero ser, a su parte genuina, pero no es fácil para él. De esta guisa empezará a frecuentar escuelas de yoga y otras muchas maneras para encontrarse a sí mismo.
Estupenda dirección y guion del austriaco Bernhard Wenger, para una tragicomedia incómoda que combina humor seco con melancolía, destacando su inteligencia narrativa y una actuación central poderosa. La cinta consigue emocionar con elegancia y resulta obra pulida y bien llevada: cine europeo de autor.
La tipología del protagonista
Matthias es considerado socialmente una persona culta, educada, que sabe escuchar, elegante y de buen ver, o sea, el tipo de hombre que la mayoría de la gente estaría encantada de tener como compañía.
Él, a su vez, se alegra de ser compañía para otros, hombres y mujeres. Puede ser un soltero en la medianía de edad que busca una cita para un concierto de música clásica, compañía para una mujer mayor que no puede hablar fluidamente con su marido, puede ser un novio falso para un hombre, para asegurar un contrato de arrendamiento de un apartamento, etc.

El hecho de que le paguen por su compañía en todas estas situaciones no quita para que las trate con menos cuidado que sus propias relaciones personales, las no encargadas. Será esto lo que empiece a ser un problema para él.
Cuando su novia lo abandona le espeta: "ya no pareces real". Ese comentario conciso hace que Matthias se hunda en una crisis de individualidad, que le da al filme un tinte de comedia negra y psicológica interesante. Matthias se sume en un conflicto propiamente existencial, entrando en un estado de profunda introspección.
Buen debut
Después de tres cortos, este es el primer largometraje de Bernhard Wenger, debut pulcro y ágil de este escritor y director de Salzburgo cuya cinta fue estrenada en Venecia con buenos resultados de crítica, público y comercial. Su aire satírico e ingenioso, y la participación de la estrella alemana Albrecht Schuchen en el papel principal, dejó muy buenas impresiones.
El arranque del filme está inspirado en las agencias de alquiler de amigos en Japón. De lo que resulta Matthias es un hombre que de tanto prestarse, anda ahora perdido para sí, busca desesperadamente su propio ser, saber y sentir quién es él realmente, especie de antihéroe decididamente entrañable.
La película tiene un tono de frialdad austriaca, formalista en su perspectiva burlona, con una puesta en escena limpiamente aprehendida por la curiosa fotografía de Albin Wildner, imágenes nítidas, brillantes y estáticas muchas veces, que enmarcan sobriamente gags visuales, en ocasiones, inclementes.
Comienzo e identidad
Comienza la cinta con una composición espantosa en la cual se ve un carrito de golf en llamas en un campo muy bien cuidado. Finalmente, un hombre y una mujer se lanzan ágilmente al aparato con extintores para sofocar las llamas. Luego se felicitan mutuamente por su heroísmo.
El hombre es Matthias, y suponemos que la extinción de incendios por parte de aficionados en un campo de golf es como otro día en la oficina para un hombre que se enorgullece de su buen talante y amabilidad.

Matthias va siempre elegantemente vestido y arreglado, bien peinado, con su bigote limpio y su tupé rubio. Es el CEO y la cara vendible de My Companion, una empresa de alquiler de amigos con sede en Viena que disfraza cualquier tristeza potencial o la vulgaridad, con un lenguaje terapéutico amistoso y una estética millennials radiante.
El negocio es pujante y comparte Matthias una casa modernista amueblada a la moda con su novia Sophia (Richter). Una casa espaciosa, moderna, con interiores relucientes y objetos de valor, incluyendo un oso polar de cuero que impresiona a cualquier visitante por ser de diseño alto nivel.
Está disponible para ser contratado como acompañante ideal en situaciones sociales complicadas. Se hará pasar por tu compañero para una noche, por un amigo cercano o por un hijo leal, y hará lo imposible para que quedes bien.
Sin embargo, entre sus variadas citas de trabajo y la tarea que hace para cada una de ellas (hacerse pasar por el padre piloto de un niño; preparar un discurso para la celebración de un cumpleaños de padre ficticio, etc.), hay cada vez menos tiempo para ser él mismo. Y es que ser uno mismo es el mayor reto de todos en esta obra, y en la vida.

Cuando es abandonado
Cuando la novia Sophia lo abandona, Matthias se da cuenta de que ha perdido su anclaje crucial. Intenta de todo para redescubrir su autoidentidad: costosos retiros de yoga, coqueteo casual con una conocida (Theresa Frostad Eggesbø), relación que no interpreta correctamente, lo cual le hace sentir cada vez más fuera de sintonía con los hábitos sociales modernos.
Incluso su casa la siente como una casa piloto que no es realmente suya, con incomprensibles problemas de fontanería, una decoración hiperperfecta (ingenioso diseño de producción de Katharina Haring) y un cachorro Pomerania de juguete que él también contrata de una agencia. ("Gracias por llamar a Rent-a-Dog, solo buenos chicos"). Así que toma un tiempo en su rutina para descansar.
Reparto
Excelente reparto donde destacan Albrecht Schuch como Matthias, un sujeto frío y desnortado que de tanto fingimiento ha acabado sin saber quién es él. Pero que ejecuta con brillantez su trabajo. "Un buen servicio es su propia recompensa", le dice a un cliente, rechazando una propina por su trabajo, aunque le pide una reseña en Google.
La sincera interpretación de Schuch y su ritmo cómico garantizan que el personaje mantenga una presencia empática y afable cara a los demás, mientras navega por los horrores y las oportunidades de una nueva vida valiente basada en la honestidad y la auto verdad.
Julia Franz Richter, hace un trabajo solvente como Sophia, la novia cansada de vivir con un hombre capaz hasta de fingir llanto ante ella, untándose una crema en los párpados, una mujer que ya no puede más vivir en una perenne simulación. Acompañan Anton Noori, Maria Holfstätter o Salka Weber.

Libreto
El guion de Wenger es, a la vez que equilibrado, sagaz. Se burla de forma hilarante y deliberada de los ideales corporativos y capitalistas de superación personal, coordinación social, etc. Esto lo vemos en los estudios de personajes de clientes, que no siempre quieren compañía, como que otros piensen que la tienen.
Hay también un tratamiento irónico pero compasivo del propio Matthias, especie de ser programado, en una especie de comedia teatral en la que quien la realiza, generalmente de modo unipersonal, reflexiona humorísticamente a partir de sus propias vivencias, o sea, con las características de un tipo de stand-up.
Cierre
Sátira a una especie de vida real de alquiler, que luego no es en absoluto veraz. Esta cinta sirve como un recordatorio cruel, luego extrañamente dulce, de que los verdaderos contratos sociales siempre son ingratos.
Una obra que tras su dimensión satírica encierra un profundo intento de entender tanta falsedad como vemos en este mundo actual pleno de engaños y ardides tramposos que pueden acabar pasando por verdades, pero que no lo son.
Filme ambientado en una sociedad, donde el estatus, el tener, la apariencia y el privilegio importan más que la compasión o la honestidad.











