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Durante tres días desde este 8 de noviembre/23, se celebró en Toledo el I Congreso Internacional de Conventos, donde se habló del presente y el futuro de estos lugares de recogimiento. Aprovecho este interesante evento para publicar esta entrega referida directamente a esta temática.

Ya he tenido ocasión en esta sección de escribir sobre la vida contemplativa en el cine. Fue en las entregas: Tiempo de espiritualidad o «Experiencia cumbre» y conversión. Y en la revista Encadenados: El gran silencio (2005), de P. Gröning.

Hoy me referiré a tres películas de gran interés: el estreno Libres (2023), de S. Blanco; De dioses y hombres (2010), de X. Beauvois; y La noche oscura (1989), de C. Saura.

LIBRES (2023). Película espiritual para todo público medianamente sensible a la temática o, sencillamente, interesado por otras opciones humanas de autodesarrollo y autocrecimiento, como dijo el psicólogo Abraham Maslow. Historias y testimonios de monjes y religiosas de clausura, que exponen su experiencia y su íntimo sentir, desde una sensibilidad tan cristiana como sincera.

En esta película hay un viaje al interior del ser humano, franco y austero, que permite hablar con personas que no suelen pronunciar palabra y habitan espacios monacales cerrados al mundo: monasterios y conventos.

Tiene una meritoria dirección de Santos Blanco, un libreto bien trabado de Javier Lorenzo, apreciable música de Oscar Martín Leanizbarrutia y una muy grande y esplendente fotografía de Carlos de la Rosa, que es un punto y aparte en este documental: fuera de serie, maravillosa, un valor sustancial para esta cinta.

“Testimonios”

Entre los testimonios destacan el de una religiosa que estuvo casada y es madre de familia numerosa. Cuando ya era mayor, cuenta que un día, haciendo oración, sintió que Dios le decía: "Déjalo todo y vente conmigo".

Un fraile franciscano inglés nos dice que tras una infancia difícil llegó a ser un gran artista que pintaba, que exponía en galerías de arte, que se casó y tuvo una hija. Su mujer y él se separaron y en Toledo se le "abrieron las puertas de los monasterios y la conversión".

Igualmente aparece el testimonio de un monje joven que en su vida anterior estaba "enganchado al satanismo” y que "admiraba a los asesinos en serie", finalmente salvado por la vida contemplativa y de oración.

O una monja joven de aspecto sonriente y jovial que tenía el "sueño" de formar una familia o triunfar en el ámbito profesional, pero a la que le "faltaba algo", lo cual encontró intramuros.

En la cinta también interviene el prior del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, que habla sobre las preguntas del sentido de la vida, sobre la muerte y el sufrimiento, con profundidad y elocuencia.

Está la historia de una monja anciana a la que diagnostican un cáncer terminal y que experimentó la alegría de que iba a encontrarse pronto con el Padre.

El caso de un sencillo cisterciense que llevaba una divertida existencia, hasta que se encontró con Cristo y experimentó tal alegría que decidió entregar su vida en el Císter.

Además de mostrar su día a día, los protagonistas comparten sus reflexiones sobre la sociedad actual. Según uno de ellos, existe "un gran vacío existencial", mientras que otra constata que la gente vive en una sociedad "súper acelerada en la que no da tiempo a parar".

Otro de los monjes se refiere al problema de la violencia en el mundo, las guerras o la violencia machista. "Dios está en la mujer que sufre”, declara.

Frente a esa sociedad "acelerada", los monjes y monjas proponen el "silencio", la "soledad" y un estilo de vida monástica que definen como "democrática", en la que "todos aprenden de los oficios de los demás" y se "entregan" a la comunidad.

"Somos como la zona verde de las ciudades, que no hacen nada, pero la ciudad se ahogaría si no las hubiese. Te refrescan el alma". Los protagonistas aseguran que son " felices y libres”.

“Capítulos de la obra: alegría y libertad”

El documental está dividido en tres capítulos: Camino, Verdad y Vida, y el conjunto nos ofrece un rosario de experiencias que van armando una hermosa vidriera que recoge lo esencial de la vida cristiana.

Dibuja el filme la alegría, la paz, la relación cercana con Cristo, la confianza en su providencia, la esperanza, la certeza, el amor, el gozo de los sacramentos, la ilusión en el trabajo, en el servicio a los demás, sin censurar ni obviar la experiencia compleja de la convivencia comunitaria.

Podría decirse que la constante de esta sinfonía de testimonios es la alegría. Y se repite también la palabra “libertad”. “Alegría” y “libertad”, palabras cristianas olvidadas en el lenguaje pastoral contemporáneo, en las homilías y en los sermones de algunos severos sacerdotes que predican el Dios del Antiguo Testamento, olvidando al Cristo-amor, lo cual se transmite.

“Concluyendo”

La película viene coronada por la belleza arquitectónica de los monasterios, de la armonía, fecundidad y belleza de sus huertos, y la imponencia de los paisajes naturales que los rodean.

Es un filme que puede interesar a cualquier espectador sensible y aventurado por los aspectos que van más allá de lo material, lo económico y el consumo. Un joven fraile dice: “Aquí necesitamos muy poco, y de eso, más poco todavía”.

Este documental sirve para repensar la vida de esta sociedad tan centrada en la inmediatez del goce, en exprimir las cosas para rentabilizarlas y en el propio disfrute, esa visión mercantilista y hedonista imperante, esa forma de comunicación con los mensajes sencillos y casi infantiles del tweet, la pseudocomunicación a través de Chat, Facebook y las redes en general, la apetencia por lo virtual o el consumo desaforado que tanta insatisfacción genera, los tóxicos, las guerras, etc.

Puede que la paz, la alegría y la libertad que titula el filme, esté, como se muestra en esta cinta, en la naturalidad, en la sencillez, donde no haya sino “una cruz sencilla, / sin añadidos / ni ornamentos… como escribió nuestro poeta León Felipe.

Más extenso en revista de cine ENCADENADOS.

 

DE DIOSES Y HOMBRES (2010). Finalizando el pasado siglo, en un monasterio sobre las montañas del Magreb, ocho monjes cistercienses viven en paz, oración, y en armonía con sus hermanos de religión musulmana.

Pero era el tiempo en el que una oleada de terror y violencia sacudió la región. No obstante el inminente peligro que los rodea y las amenazas recibidas por parte de los terroristas, los monjes del monasterio se quedan y resisten.

El director Xabier Beauvois cuenta con unas formas admirables y sin falsear ni hacer trampas, esta historia, sin forzar el sentimentalismo. No obstante, el espectador saldrá conmovido por cuanta mortificación tienen que pasar los religiosos.

Beauvois declaró: "Quise filmar esta historia como si hubiera sucedido hace siglos y se tratara de una tragedia griega o un western. Esto me ayudó a distanciarme, a ver a estos monjes como si fueran viejos santos, mientras yo aparecía con una cámara para filmar el pasado". Y a fe que lo consigue, así como la de retratar, de manera hermosa, la vida espiritual.

Hay inquietud y paz, temor y entereza. Vemos a unos monjes ir inevitablemente empujados a una tragedia. Por otro lado, se les ve en paz y libres: sin miedo a morir. Como personas, esto es lo más hermoso y lo mejor tratado en el filme, también como comunidad de hombres de fe.

Elegir un tipo de vida, encontrar compañeros para esa vida de amor a Cristo y, finalmente, afrontar las consecuencias de esa elección. Eso es esta película, lo cual está relacionado con la esfera de las creencias, pero también con el aspecto sentimental de quien visiona esta conmovedora cinta.

 

Gran fotografía de Caroline Champetier y un elenco sensacional donde destaca Lambert Wilson, junto a otros actores conjuntados y creíbles.

Bella, sombría, inteligente. Un relato iluminador sobre la fe y el heroísmo.

 

LA NOCHE OSCURA (1989). Inquietante aproximación de su director Carlos Saura, a la vida y la espiritualidad de uno de los grandes santos de la iglesia y sublime poeta místico de todos los tiempos: San Juan de la Cruz.

En 1577 San Juan de la Cruz es sometido, durante meses a la “obediencia”, dentro de una cárcel de Toledo por parte de los que eran sus hermanos de congregación. Durante ese tiempo escribe ''La noche oscura'', una de las obras cumbre de la poesía mística española.

San Juan de la Cruz está interpretado por un excelente Juan Diego, que debe enfrentarse al acoso de los hermanos Carmelitas que quieren que vuelva a la disciplina de la orden, después de que éste haya hecho voto de pobreza y se haya sumado a la reforma acometida por Santa Teresa de Jesús y al desarrollo de la orden de los Carmelitas Descalzos. Acompañan también en el reparto: Julie Delpy, Fernando Guillén y Manuel de Blas, entre otros.

Un trabajo con el sello de Saura que conmueve y da que pensar, a la vez que nos invita a releer de nuevo la obra poética de San Juan. Cierto es que la película, con el paso de los años puede resultar algo monótona.

Como joya, encontramos el genial recitado que realiza Juan Diego de la poesía "Noche oscura" y el relato con que Saura la acompaña. Sólo por escuchar tan sublime poema en una voz de talla como la de Diego, vale la pena ver este trabajo imprescindible de la filmografía española de los años 80.           

Fragmento: