Espero que comprendan que, al menos para mí, todo es nuevo y fascinante. NO sé desde cuando se hace prefería, si es una tradición que viene de atrás, si es algo nuevo, o si es normal hacerlo en todas las ciudades. El colorido de las calles adornadas, el calor que ya se deja sentir, y el ambiente me llenaron de optimismo.

Tampoco sé si es solo la Bodega Osborne o son todas las que participan, tampoco sé si es iniciativa privada o pública, si surge de forma espontánea, o es algo previamente organizado. Pensé, en un principio que los bares, a sabiendas de que la semana de feria bajarán las ventas, tomaban esta iniciativa para ir preparando a los ciudadanos, y hacer algo de caja. Al menos eso me dice el bigotes, que dice que algunos bares siempre lo han hecho. Otros me dicen que ha sido idea del concejal de Fiestas, otros que de la Bodega de Osborne; unos dicen que es un despilfarro del Ayuntamiento, otros que es inversión privada.

En fin, la única realidad es que al fin y al cabo El Puerto estaba animado, y dudo muchísimo que con la fiscalidad que tienen los ayuntamientos el tesorero pague fiestas sin control ni aprobación. La realidad, como digo, ha sido gente pasándolo bien, bares llenos, otros menos llenos, y un ambiente de feria que me dejan el cuerpo con ganas de que llegue el momento.

Lo único malo, la bebida más traicionera del mundo, yo siempre fui de Fino, pero tantas horas en la calle, y el calor, me hicieron probar el “rebujito”. Lo tomé como si fuera un refresco, con la ansiedad del agua fresca, y al final, tantos azúcares me dejaron una mañana destrozado, con un dolor de cabeza insoportable, pero que el del vino Fino, y el estomago ni lo quiero relatar. Eso sí, refrescante, agradable, lo mejor para el calor, pero traicionero, así que la prefería me ha enseñado dos cosas: el vino Fino es el vino Fino, se sube, pero se controla; el “rebujito” te engaña, pero acompaña.

Y creo que, con la lección aprendida, solo me queda esperar ilusionado que llegue el lunes, porque iré al pregón de la Feria, y creo, que, a partir de ahí, ya es un no parar.