Se van recortando los días, y en casi todos los rincones de la ciudad la Navidad se deja sentir, incluso antes de que los eventos, cabalgatas, pasacalles y demás importaciones de la cultura anglosajona nos invadieran se hicieran dueñas de las calles, el espíritu de la Navidad, ya se dejaba sentir.

Pero lo más importante de estas fechas, por encima, incluso de las connotaciones culturales religiosas, siendo cada uno libre de pensar lo que quiera, no podemos negar que las fechas, dejan huella. Para cada uno, en cada momento de su vida, las fechas que se acercan nos marcan. Lo curioso es que jamás se parece en nada una Navidad a otra.

La Navidad es como las máquinas recreativas, que, aun sin crear adición en algunos corazones, atrae las miradas y emboba, no pasando jamás desapercibidas.



Para algunos predomina el sentir religioso, profundo y blanco, para otros predomina la exaltación de la amistad, habrá hasta quien sin saber porque, hasta perdona a esos que no puede ni ver, y algunos, muchos, todos, se acordaran de los que ya no están, esos que pasan el verano allá donde estén, esperándonos o no, según lo que cada cual quiera creer, pero que vuelven al corazón por Navidad, con una extraña y acogedora sonrisa de recuerdos.

Yo, que sí creo en ese a quien recibimos, y que en tantas ocasiones olvidamos, se que lo hace adrede, pues siendo cierto que todos, absolutamente todos, sentimos y creemos en algo, disfraza su voluntad al antojo de quien perciba el sentimiento, y al final, saliéndose con la suya, nos obliga, aunque lo neguemos, a sentir algo en estas fechas.

Los habrá que no tengan ni para un bocadillo de sardinas, y lamentará su suerte, y en su interior sonreirá dando gracias a no sabe quien ni por qué. Pero también los habrá que se pongan malos y ciegos, hundidos en la miseria de su abundancia, pero lanzando una sonrisa velada y oculta, fingiendo una felicidad por aquellos con quien de momento ya no podrán bridar.

Realmente creo que la Navidad es mágica pues ningún evento, ni fecha, es capaz de dejar a todo ser, humano o no, indiferente. Por vosotros, Feliz Navidad.