Macarena Neva Delgado.- Sra. Leocadia Benavente: para formar parte de una institución tan importante como es el ayuntamiento de un municipio, muestra usted un gran desconocimiento de lo que acontece en la realidad educativa de su ciudad. Eso que usted denuncia de un centro de la talla profesional del IES La Arboleda, se hace en todos los centros educativos públicos de El Puerto. Sin ir más lejos, ese mismo día, en mi centro educativo, se podía leer por las paredes: "soy gay", "soy lesbiana", "soy transexual", "soy hetero", "soy como tú", "soy persona". Anteriormente decoramos la escalera de la entrada con mensajes donde se podía leer: "stop violencias machistas", "stop lgtbifobia". En los baños se pueden leer mensajes que dicen: "El amor no es siempre heterosexual" o «no confundas amor con control". Usted diría que en mi centro educativo "adoctrinamos" al alumnado, y tal vez usted tenga razón, si nos ajustamos a la acepción que dice que "adoctrinar" consiste en implementar prácticas educativas encaminadas a inculcar determinados valores o formas de pensar. Sin embargo, pongamos mejor el acento en que quien "adoctrina", trata de aniquilar la voluntad del individuo, impone una fe ciega hacia aquello que se le enseña y elimina cualquier posibilidad de juicio crítico por parte del discípulo; por eso, mejor digamos que lo que hacemos en los centros educativos no es adoctrinar, sino educar. [Vox El Puerto denuncia el adoctrinamiento de los niños en las aulas portuenses]

La denuncia que hacéis del magnífico trabajo del equipo de Igualdad del IES La Arboleda y la interpretación de los hechos valorándolos como un "lavado de cerebro", nos pone en alerta del enorme peligro que vuestra agrupación política representa para los valores democráticos de nuestra sociedad en general y para la labor docente en particular, que es de todo, menos autoritaria y que sustenta su labor docente en valores transversales tan peligrosos como: la igualdad, inclusión, tolerancia, respeto a la diversidad, cultura de paz y otros tantos que nos garantizan una convivencia democrática, sana y feliz.

Usted y los suyos, cada vez que sacáis a la luz el mantra del adoctrinamiento, no hacéis sino retratar vuestra intolerancia y cultura del odio y poner de manifiesto vuestra ignorancia supina en materia educativa. Debe usted saber que la educación que se lleva a cabo en los centros públicos, es de una profesionalidad exquisita y que todo se hace conforme a la ley, por eso aplicamos lo concerniente a lo que dictamina el Plan Estratégico de Igualdad de Género en Educación que la Junta de Andalucía establece de obligado cumplimiento. Este Plan reconoce el impacto educativo positivo y el beneficio que este tipo de medidas que usted denuncia, provoca en nuestra juventud y recoge de manera expresa la necesidad de seguir trabajando "desde una perspectiva de género, en los Planes de Centro, en los materiales y en el currículo...".

Por otra parte, en Andalucía existe una ley integral para la no discriminación por motivos de identidad de género y reconocimiento de los derechos de las personas transexuales que viene a garantizar el derecho a la autodeterminación de género de las personas que manifiesten una identidad de género distinta a la asignada al nacer, "estableciendo la necesidad de asegurar desde el ámbito educativo la no discriminación por motivo de género, promoviendo actitudes de respeto mutuo y el reconocimiento de la igualdad de derechos de todas las personas con independencia del género con el que se sienten identificadas".

Sra. Leocadia, es necesario que alguien le explique que usted como madre tendría derecho a darle a su hijo o hija el tipo de formación religiosa y moral que estime conveniente, pero es el Estado quien le garantiza que reciba una educación en valores conforme a la sociedad democrática actual en la que vivimos. Por eso, si usted matricula a su hijo o hija en un centro público, a su hijo no solo le enseñaremos (y usted no podrá negarse) a prestar atención cuando se explica, a pedir permiso para ir al baño o a hacer y entregar las tareas correspondientes. Su hijo aprenderá que nuestra escuela es plural y diversa, reflejo de la pluralidad y diversidad de la sociedad en la que vivimos, por eso su compañero Mohamed tiene el mismo derecho a la educación que él, que "alumnado" es una palabra más inclusiva que "alumno", que los compañeros con discapacidad también son compañeros de juego, que hay personas con distintos ritmos de aprendizaje a los que también hay que respetar, que Felipe ha decidido este año llamarse Elena, que la violencia de género existe, le desmontaremos el mito de las denuncias falsas, aprenderá que existen muchos modelos de familias, que hay que establecer relaciones afectivas saludables, que quien ama no mata, que la determinación del sexo no es binaria, que el derecho a la vida merece la pena cuando se lleva una vida digna y que también implica el respeto a la vida animal, que existen muchas formas de amar, que los roles de género tal y como están establecidos provocan desigualdades entre mujeres y hombres.

No quiera usted ver fantasmas donde no los hay. La campaña 'Todos tenemos plumas' no es sino una forma simbólica de reconocer la diversidad y una manera solidaria de identificarnos con quienes alguna vez han sido agredidos por ser diferente, no hay más.