Al César lo que es del César… Dicen muchos con frecuencia como una manera de expresar cierta necesidad de equilibrio respecto a un tema en específico. Y es ahora cuando, desde estas líneas y sin caer en el peloteo ni la adulación, es menester reconocer el gesto solidario del chef jerezano Ángel León junto con Juan Luis Fernández y el movimiento gastronómico World Central Kitchen para cocinar para colectivos desfavorecidos de la provincia.
Largas han sido las colas que se han visto en calle Aurora, donde numerosos portuenses han sido beneficiados con menús alimenticios y todo ello bajo la logística de la Cruz Roja. Se agradece la iniciativa en estos tiempos tan complicados con aquellos que ni para comer tienen porque ni pueden trabajar ni intentar buscarse la vida de alguna manera como antes lo hacían. Resulta doloroso pensar en la situación en la que se han quedado muchos paisanos donde algunos, por ejemplo, han visto cortado en seco sus irrisorios ingresos económicos mediante las ventas del mercadillo solidario de los domingos, o esos otros que sobrevivían como podían con chapuzas ínfimas.
Si una vez, con toda la razón, se le pudo achacar a este cocinero que el peso de sus estrellas y medallas, además de su popularidad mediática, fueron los factores que le hicieron ganarse el favor de un alcalde para instalar su negocio en un edificio histórico del caño del Molino, saltándose en toda regla la Ley de Costas y su Reglamento, hoy es justo reconocer esta labor humanitaria en pro de los más necesitados. No obstante, a la postre, una cosa no quita a la otra, ni tampoco va a servir este gesto para redimir "pecadillos" pasados.
Reconocer el mérito de acciones de este tipo es algo que no nos cuesta nada ni a usted ni a mí. Cuando hay que aplaudir pues se aplaude. Por otro lado, se echa en falta una demostración de buena voluntad de todos esos apellidos 'ilustres' de El Puerto que en su endogamia y privilegiado bienestar viven ajenos a los problemas que el de enfrente padece.
Ojalá cunda el ejemplo y durante los próximos días surjan más iniciativas que palíen las penurias de aquellos que lo están pasando mal, pero, por favor, que sean sin poses ni generosidad impostada. Y que Dios les bendiga.