Como es natural no nos podemos ni imaginar qué ocurre en realidad, la única verdad es la que nos transmiten, y sobre todo en tiempos como los que corren todo lo que circula por las redes.

Tampoco creo que nos enteremos nuca realmente de que ha ocurrido, pero para que, con 300 muertos, algunos menos que los 6000 que cada año caen con la gripe, se tomen estas medidas algo muy gordo tiene que pasar para que esta sea la mejor solución. Sin embargo, todos somos muy dados a aplicar los viejos refranes, como el que dice que el cuerpo es sabio –por eso yo sé lo que tengo, aunque el médico diga que no tengo nada– y otro que dice que más sabe un necesitado que un abogado –lo cual me da conocimientos más que necesarios para aportar todas las soluciones a la crisis que se nos avecina y analizarla sutilmente-.

La mezcla de esos dos refranes se acentúa en estos días, ojo, con la mejor de las voluntades del mundo, y no lo digo sarcásticamente, creo sinceramente que toda aportación que se hace, desde el respeto, y tratando de informar se hace con la mejor de las voluntades, sobre todo cuando esa información es ya de segunda, tercera o cuarta mano.

Me acuerdo de aquella chirigota del Selu, Los Enteraos, conocedores de las soluciones a todos los problemas, más sabios que un premio Nobel, que tendrían, si no hubieran dejado el merito para su cuñao el Rota.

Dicho en clave de humor, es bueno opinar, pero cuando las opiniones ponen en duda un criterio oficial, –porque la verdad verdadera la sabe su cuñada Encarni que salió con un cabo del Rancho La Bola allá por el 70, y llevó un camión cargado de yo que sé pero que su novio le dijo que eran armas biológicas– hay que tener cuidado, sobre todo cuando son personas con ciertos conocimientos.

En estos momentos cuestionar es sembrar dudas y eso no ayuda, confunde… como confunde que se diga que las mascarillas y los guantes no son necesarios y luego salga gente haciendo alegatos vestidos de buzo, o veamos a un policía con ella… Todo eso siembra dudas, crea crispación y saca el Enterao que todos llevamos dentro, sacando conclusiones inverosímiles.

Seamos todos sensatos, y ya que tenemos que acatar una dura imposición de confinamiento, demos ejemplo desde arriba abajo no alarmando. Los sanitarios sí necesitan mascarillas y guantes, y quienes frecuenten zonas de riesgo…. Y son a quienes más falta les hacen porque esto parece Córdoba en agosto, y es que a mucha gente nada más que le falta la Nikon nipona.

Pero claro… Pandemia… que sí se lo que es la pandemia… pero si yo fui quien le dijo a Ramón y Cajal lo que tenía que hacer, pero es que como soy mu modesto le dejé todo el reconocimiento a él. En fin, buen segundo día y mantengan la calma y confíen… otra no nos queda.