El yacimiento arqueológico de Doña Blanca se convirtió este fin de semana en escenario de un viaje al pasado para celebrar el Día Mundial del Enoturismo, con una actividad interpretada que reunió a 50 participantes, plazas agotadas a las pocas horas de anunciarse. La jornada permitió recorrer uno de los enclaves clave para entender el origen del vino en la península ibérica, donde se conserva la bodega fenicia más antigua y completa de Occidente, datada en el siglo III a.C.



La propuesta estuvo estructurada en tres recreaciones históricas: una religiosa de los siglos VII-VI a.C., otra doméstica de los siglos IV-III a.C. y una tercera artesanal del siglo IV a.C. A través de estas escenas, el público pudo comprender cómo el vino formaba parte de la vida cotidiana, el comercio y los rituales religiosos en época fenicia.

Siete intérpretes de Gades Aeterna, bajo la dirección del historiador Javier Flor, dieron vida a la antigua ciudad mediante una puesta en escena que conectó arqueología, historia y cultura vitivinícola, trasladando a los asistentes a un momento fundacional de nuestra tradición enológica.

La concejala de Turismo, Olga de Navas, destacó que esta actividad ha logrado unir historia, arqueología y enoturismo, mostrando cómo los fenicios sembraron en nuestras costas la semilla de una tradición vitivinícola que permanece vigente hoy.