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Hay un cine en contextos asiáticos que explora el amor y el dolor, enmarcado en paisajes hermosos y sugerentes. Escribo hoy sobre el estreno Grand Tour (2024), de M. Gomes; La ruleta de la fortuna y la fantasía (2021), de R. Hamaguchi; y El séptimo amanecer (1964), de L. Gilbert.

 

GRAND TOUR (2024). Película singulardirigida por Miguel Gomes (Premio a Mejor Dirección en Cannes en 2024), con un interesante libreto de Gomaes y otros autores, un guion exuberante, emocionante y fantástico.

Ambientada en 1917, la película sigue a Edward (Waddington), un funcionario británico que huye por piernas de su prometida Molly (Alfaiate), el día de la llegada de esta a Birmania. Es el justo el día en que Molly llega para casarse con él. A partir de ahí, se despliega una doble travesía por Asia. Especie de viaje de luna de miel hacia la muerte, pero no lo saben, o no del todo.

Obra del lisboeta Gomes

Este filme de Gomes es, a la vez que melodrama antirromántico, documental etnográfico, «roadmovie existencial» y meditación sobre los mecanismos de la narracióncinematográfica en sí.

Nos cuenta una huida y una persecución a la vez; al principio nos muestra al funcionario británico instalado en Rangún, huyendo de su prometida y del matrimonio, sí, esa especie de pánico al compromiso que aqueja a tantos varones.

El viaje de Edward no será fácil, el pánico a la boda deja paso a la nostalgia, la tristeza y el abatimiento. Un viaje por Asia teñido de melancolía, romanticismo y poesía.

Viendo el vacío de su vida, el cobarde Edward se pregunta qué habrá sido de Molly; y ella, decidida a casarse cueste lo que cueste, se muestra divertida por la acción huidizade Edward, y le sigue el rastro en forma perseverante e infatigable.

Reparto

Como intérpretes, GoçaloWaddington y Crista Alfaiateencarnanroles prácticamente atemporales, estupendos trabajos actorales que aportan alma y matices a los arquetipos del cine mudo del hombre tímido y su chica descarada.

El dilema de los personajes se incardina en una conmovedora fábula de cobardía y devoción con matices trágicos. Las escenas pueden parecer oníricas, pero forman parte de un sueño compartido con los espectadores que se dejan arrastrar.

Ordenación narrativa de la trama

Miguel Gomes firma una obra hondamente hermosa y también ambiciosa, donde descompone la narrativa clásica del cine de viajes, para transformarla en una experiencia sensorial y reflexiva a la vez. Es también cine romántico, un melodrama exótico cargado de magia.

Gomes emplea una estructura fragmentada, alternando blanco y negro y color, entre ficción y documental, y entre épocas distintas, con anacronismos deliberados como smartphones en escenas de época.

Cada país visitado introduce una nueva voz narradora en su idioma local, lo que refuerza la intención de «deseurocentrizar» la narrativa. Una forma de ver el cine mismo como un vehículo para trascender las fronteras del espacio y del tiempo.

En la cinta hay cierta estética propia del cine mudo o reflexiones sobre el colonialismo y ante todo esta película es una experiencia asombrosa, curiosa, reveladora, con el espíritu del cine de aventuras y un sello radical y experimental.

Fotografía y sonido

Sensacional fotografía de Rui Poças en estudio, Gomes filmó las escenas de interiores respetando la estética y el vestuario de la época; pero cuando la historia viaja hacia Tailandia, Vietnam, Filipinas, Singapur, Japón y China las imágenes son actuales, mostrando los anacronismos en el documental urbano y en la naturaleza.

El cuento avanza básicamente a partir de voces en offy se escucha en el idioma de cada nuevo país al que se traslada la acción. Salvo unos pocos planos, la inmensa mayoría de la obra es en blanco y negro.

No sin atrevimiento, el filme hace uso del vals «Danubio azul» de Strauss, sinónimo de 2001: Una odisea del espacio (1968) de Kubrick; pero en esta cinta a la composición se le confiere un uso fresco y poético.

Temáticas

Aborda el legado del colonialismo, la representación cultural y la fugacidad de la identidad. La ausencia del protagonista se convierte en el eje del relato, evocando una cartografía emocional más que la cartografía geográfica. Gomes se inspira en Cuadernos de un escritor, de William Somerset Maugham, cuyas páginas recogen las impresiones de sus numerosos viajes.

Clausurando

A la perfección se conjugan los elementos de una obra que estimula la curiosidad, la aventura, el amor y el humor en una sinfonía de imágenes y diálogos en portugués y lenguas asiáticas diversas.

Imagen y poesía balanceándose de forma improbable en un bambú lejano; burbujas cayendo incomprensiblemente sobre una tumba; personajes de rasgados ojos que miran a la cámara con miradas misteriosas.

Estos momentos y docenas más, son los que perduran en la imaginación, haciéndote recordar lo que el cine puede hacer.En palabras de un monje japonés que Edward conoce en su largo viaje: «Abandónate al mundo y verás cómo te recompensa».

Revista Encadenados

 

LA RULETA DE LA FORTUNA Y LA FANTASÍA (2021). Película japonesa dirigida y escrita por el mayúsculo RyûsukeHamaguchi, que se compone de tres historias independientes sobre el azar, la imaginación y el destino.

Ha recibido varios premios y elogios de la crítica (por ejemplo, el Oso de Plata de Berlín), y muestra la sensibilidad y el talento del cineasta para retratar las emociones y los conflictos de sus personajes femeninos.

El primer capítulo analiza un tortuoso triángulo de amor y odio que involucra a la modelo veinteañera Meiko (Kotone Furukawa) y su mejor amiga Tsugumi (Hyunri), quien sin saberlo acaba de embarcarse en un romance tentativo con el desconsolado ex de Meiko -novio Kazuaki (AyumuNakajima).

Hamaguchi reconstruye una trama impulsada por el azar, con conversaciones tranquilas o confrontaciones airadas a veces.Una ingeniosa conclusión que divide en dos la historia sugiere que la discreción y la generosidad pueden salvarnos de nuestros peores impulsos.

La segunda historia cuenta la trampa de seducción que una mujer le tiende al tutor de su marido en la Universidad y que le impidió conseguir sus planes profesionales. Sasaki obliga cruelmente a su amante Nao (Katsuki Mori) a intentar seducir al profesor Sagawa (KiyohikoShibukawa) en una “trampa libidinosa”, leyéndole pasajes sexualmente explícitos de su novela premiada.

Este esquema tragicómico fracasa cuando tanto la tentadora como el objetivo terminan uniéndose por sus neurosis compartidas y problemas de autoestima, pero un giro irónico del destino asegura que su frágil amistad en ciernes resulte aún más destructiva que la emboscada original.

La tercera historia describe el encuentro entre una actriz y una mujer que la confunde con otra persona, lo cual desencadena una conexión inesperada. Se desarrolla entre Natsuko (FusakoUrabe) y Nana (Aoba Kawai), dos mujeres en la cuarentena unidas por un extraño doble caso de identidad equivocada.

Este breve encuentro accidental resulta inesperadamente fructífero para ambas, creando un espacio seguro para una avalancha mutua de arrepentimiento de la mediana edad y una confesión terapéutica, que logra ser a la vez extrañamente conmovedora.

Las tres historias tienen en común el uso de la conversación como herramienta narrativa, que permite explorar las motivaciones, los deseos y los arrepentimientos de los personajes.

Comparte también una mirada apacible del director, que crea una atmósfera íntima y envolvente con su cámara. La película tiene un tono realista y sutil, pero también deja espacio para la fantasía y el humor.

Favoreciendo tomas largas, resoluciones opacas y escenas llenas de diálogos, los dramas domésticos de modesta escala de Hamaguchi, exigen paciencia y, obviamente, no se adaptarán al gusto de todos.

Pero la película es gustosa de ver, una obra delicada, inteligente y conmovedora. Los actores están muy bien, especialmente las actrices protagonistas, que transmiten mucha naturalidad y expresividad.

Fragantes ráfagas de música clásica de piano unen estas tres historias, se trata de la preciosa música de Robert Schumann. Guion está muy bien escrito, con diálogos ingeniosos y profundos.

Hamaguchi sabe conquistar al espectador con este delicado y a la vez penetrante y entrañable tríptico femenino, que deviene joyita cinematográfica.

 

EL SÉPTIMO AMANECER (1964). Película británica dirigida por Lewis Gilbert, que aporta muchos elementos para el análisis y el estudio, tanto de los personajes, sus vidas y valores, como de las circunstancias históricas que les tocaron vivir tras la segunda Gran Guerra y luego, en plena época de la Guerra Fría.

En esos entonces aún estamos en la Inglaterra colonial en Asia y aledaños. Malasia, entre el Sureste Asiático y Oceanía, pugnaba por su independencia y emancipación, primero de los japoneses y luego de los británicos.

La película se inicia con el final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuando son vencidos los japoneses y liberada Malasia de su yugo.

Reparto impresionante con un William Holden sensacional que sabe gestionar el rol de hombre maduro, amante de las mujeres y a la vez valiente a la hora de correr riesgos cuando la situación lo precisa.

Germaine Lefebvre, conocida como Capucie, hace un elegante trabajo y saber estar en un papel que le va a la perfección: amante de Holden (lo cual fue así en la realidad); Capucine, con su belleza serena se mete en un personaje mártir y heroico, con una secuencia delicada ante el séptimo amanecer del título.

En cuanto a la otra protagonista en liza, Sussanah York, está creíble y en sintonía con la historia. No olvidamos al actor nipón Tetsuro Tamba, de origen aristocrático, en un papel de hombre con firmes convicciones políticas de izquierdas y hombre de acción.

Esta película es una especie de documento histórico sobre lo que pasó en Malasia tras la II GM en su transición del colonialismo británico a la independencia. En el período que narra, los rebeldes, bajo la égida del Partido Comunista de Malasia, lanzaron operaciones de guerrilla para expulsar a los británicos.

Una guerra que duró de 1948 hasta 1960, e implicó una larga campaña anti-insurgente por parte de las tropas de las Mancomunidades de Naciones en el país. Aunque los ataques disminuyeron pronto, la presencia militar continuó dentro del contexto de la Guerra Fría. La independencia se alcanzó el 31 de agosto de 1957 y en 1963, Malaya y las colonias de Sabah (Borneo Británico Septentrional), Sarawak y Singapur conformaron Malasia.

Película que se ve bien, con actores y actrices de los que ahora no hay, bien estructurada. Una película recomendable para pasar un buen rato a la vez que nos ilustra sobre la historia de aquél lejano país.