Los acontecimientos vividos estos últimos días me piden tomarme un respiro. Unos acontecimientos que por respeto no quiero mencionar, ni valorar, pues son indescriptibles, horribles, de los que no dejan consuelo ni palabras.

De todo ello, que aún enturbia mi mente, quiero quedarme con algo despreciable. Tanto aquí como allá en mi tierra los políticos son de la peor especie que pisa la tierra, los sindicalistas politizados, el mayor enemigo de sus compañeros, y el odio, el mejor amigo del daño.

Todo ello enturbia, ensucia, y no deja ver, por culpa de su fango la labor bien hecha, pues nadie duda de que existen políticos honrados, buenos, generosos y que se dejan la piel, sindicalistas convencidos de que pueden mejorar las condiciones de sus compañeros, y personas que aman, que aman profundamente su trabajo.



Para mí hay profesiones que suelen ser vocacionales y llenas de amor, toda la rama sanitara nos ha dejado clara su entrega en muchas ocasiones, bomberos y policías en ocasiones arriesgan su vida, porque es su obligación, y porque están convencidos de una profesión que les llena, y en donde los pro son más que los contras… por ello, escuchar comentarios tras una tragedia de magnitudes insoportables, y en donde la mente traiciona a la razón buscando porqués que no existen, es intolerable, la mayor de las canalladas posibles cometidas por el ser humano.

Hablar de fallos en las comunicaciones para poner en entredicho la eficiencia de un colectivo, acusar de la presencia de un contingente sanitario sin médico, pone en evidencia por rédito político toda una labor, y sobre todo ante un resultado tan cruel… es imperdonable.

No quiero imaginarme nada, ninguna situación, pues mi mente no puede comprender siquiera el dolor que estarán pasando, pero ni aun siendo cierto que hubiera algún fallo, que lo dudo, independientemente

Sobre el autor: Paolo Vertemati representa a un personaje ficticio, un extranjero que ha venido a El Puerto de Santa María, y a través de sus capítulos narra a modo novelesco sus sensaciones y experiencias con las tradiciones y la propia idiosincrasia del lugar, con historias entre reales e imaginarias. [Lee aquí los anteriores capítulos]