La caseta Tierra, Mar y Vino ha vuelto a la Feria de Primavera de El Puerto de Santa María tras décadas de ausencia. En su regreso, celebró un emotivo acto en la noche del miércoles, en el que entregó la Coquina de Plata al Ayuntamiento de El Puerto y a la Concejalía de Fiestas, en reconocimiento a su labor para preservar la tradición y el espíritu festivo portuense.
El homenaje se llevó a cabo durante la velada previa al encendido del alumbrado, y contó con la presencia del alcalde Germán Beardo y del teniente de alcalde y concejal de Fiestas, David Calleja, quienes recibieron el galardón en nombre del Consistorio. El ambiente fue de profunda carga simbólica y memoria colectiva, en una caseta renovada pero fiel a su historia.
La nueva etapa de Tierra, Mar y Vino ha sido impulsada por Ricardo y Carlos Osborne Vergara junto a Juan Piña, rindiendo tributo a los fundadores originales, Antonio Romero Castro y Juan Ignacio Pérez Salas, quienes en los años 60 iniciaron un proyecto que marcó una época en la antigua Feria de Crevillet. A sus familias se les concedió la Coquina de Oro, como reconocimiento a su legado cultural y festivo.
Un símbolo portuense que vuelve a brillar en Las Banderas
Para el alcalde, la reapertura de esta caseta “es motivo de alegría, porque significa recuperar una esencia que forma parte del alma de nuestra Feria”. Beardo agradeció la entrega de la Coquina de Plata al Ayuntamiento, y subrayó el valor de “honrar a quienes hicieron de esta caseta un lugar inolvidable”.
David Calleja, por su parte, señaló que “recibir este reconocimiento en una noche tan significativa, y de parte de una caseta tan emblemática, es un auténtico honor para todo el equipo de Fiestas”. Agradeció a los promotores “por revivir un nombre que es sinónimo de historia viva”, y aseguró que desde la Concejalía seguirán trabajando por una feria cuidada, participativa y con sabor a tradición.
Tierra, Mar y Vino: historia viva de la Feria de El Puerto
Hablar de esta caseta es hablar de memoria portuense. Fue todo un símbolo entre los años 60 y 70, cuando la Feria se celebraba en Crevillet, y llegó a funcionar como sala de fiestas abierta todo el año. En ella actuaron grupos de Rock Andaluz y bandas locales que dejaron huella en generaciones enteras.
Hoy, ubicada en el recinto de Las Banderas, Tierra, Mar y Vino revive su espíritu original con la misma autenticidad de entonces. Su historia se entreteje con las imágenes de los charcos de feria, los convites alegres, los conciertos improvisados y los billetes de peseta usados en viajes de fin de curso.
Una caseta con alma, que vuelve a brillar con luz propia en el presente, sin olvidar nunca todo lo que fue.