Con el Teatro Municipal Pedro Muñoz Seca completamente lleno, José Manuel Cristo Álvarez ofreció un emotivo pregón que marcó el inicio espiritual de la Semana Santa 2025 en El Puerto de Santa María. Entre los asistentes se encontraban numerosos cofrades y representantes institucionales, incluidos varios concejales del equipo de gobierno y otros miembros de la Corporación municipal.

El acto fue presentado por José Manuel Castilla Osorio, a quien el pregonero definió como su maestro, y contó con el acompañamiento musical de la Banda Maestro Dueñas, que interpretó piezas tan simbólicas como La Madrugá, de Abel Moreno, y Soleá, dame la mano, de Manuel Font de Anta, dos marchas con las que Cristo Álvarez confesó sentirse profundamente identificado.

Durante su intervención, el pregonero hizo un recorrido cronológico por la Semana Santa portuense, guiado por el orden de las salidas procesionales, y fue correspondido con largos aplausos del público. En el escenario, presidido por el teniente de alcalde de Fiestas, David Calleja, y acompañado por el presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, Juan José Caballero, así como miembros de la Permanente, Cristo Álvarez ofreció un pregón cargado de emoción, fe y recuerdos personales.

Junto a una escultura de la Virgen de los Milagros, Patrona de la ciudad, comenzó con un sentido homenaje a Sergio Alejo, capataz de las Hermandades de Humildad y Paciencia y Veracruz, fallecido el pasado mes de septiembre. Con humildad, pidió ayuda a la Virgen para que su palabra fluyera, y no dudó en afirmar su orgullo por ser el primer pregonero en referirse al estreno del Prendimiento en el Lunes Santo.

Defendió con convicción que El Puerto es una ciudad cofrade, recordó momentos vividos junto al Nazareno en la madrugada, y expresó su anhelo por el regreso del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia a su capilla de la Aurora. También manifestó su deseo de volver a ver en las calles a la Virgen de la Alegría el Domingo de Resurrección.

Con una larga trayectoria en el mundo cofrade, donde ha sido nazareno, costalero, capataz, miembro de junta y exaltador, José Manuel Cristo reservó algunos de los pasajes más íntimos del pregón para su nieto, con quien se fundió en un abrazo al finalizar su intervención, recibiendo una cálida ovación del público.