El 20 de julio de 1969, la humanidad tocó las estrellas. Neil Armstrong, con un paso en la Luna, dejó una huella eterna y pronunció palabras que resonaron en el cosmos: “Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad”. Bajo el manto de la noche lunar, el sueño de explorar más allá de nuestro mundo se hizo realidad.
Este logro constituyó un avance tecnológico sin precedentes y simbolizó el espíritu de exploración y la capacidad de la humanidad para superar desafíos aparentemente insuperables.
A propósito, comento el estreno Fly Me to the Moon (2024), de G. Berlanti; y, First Man (El primer hombre) (2018), de D. Chazelle.
FLY ME TO THE MOON (2024). Magnífica película de Greg Berlanti, ambientada en aquel 1969, cuando se produjo el histórico alunizaje del Apolo 11, la quinta misión tripulada, después de un fracaso previo y una rivalidad extrema entre los EEE. UU. y la URSS por la conquista del espacio. Capitalismo versus comunismo, una competencia no sólo científica y técnica, sino también ideológica.
Hay que mejorar la imagen pública de la NASA, idas y venidas, hay que alimentar el interés de la ciudadanía por el proyecto, de manera particular hay que convencer a diputados y congresistas para que no retiren las subvenciones.
Es en este punto cuando aparece la prodigio del marketing Kelly Jones (Johansson), mujer hermosa y con capacidad de persuasión que causa estragos por doquiera que va. Incluido el director del lanzamiento Cole Davis (Tatum), cuya difícil tarea se ve mediada por tan llamativo terremoto de eficiencia y seducción.
La Johansson, o sea, Kelly Jones es contratada por un misterioso agente del gobierno llamado Moe Berkus (Harrelson) para revitalizar la desmoronada máquina de propaganda de la carrera espacial y llevar su inteligencia publicitaria a la NASA.
Cole es el típico americano sincero, honesto y viste exclusivamente jerséis de cuello alto; es veterano del ejército en la Guerra de Corea; Kelly es una farsante y mentirosa compulsiva. Aparentemente no tienen nada en común excepto un objetivo compartido: llevar a los astronautas a la Luna.
Se han conocido accidentalmente en un restaurante modesto, un encuentro que se parece a tantos otros sacados de la Edad de Oro de Hollywood. Un encuentro bonito que se convertirá en un flirteo al borde del calentamiento terrestre.
Kelly debe imaginar una historia alternativa para demostrar que Estados Unidos tenía más potencial que la URSS. Nixon ha ordenado a sus altos mandos secretos que organicen un falso alunizaje por si el verdadero no saliera como era de esperar.
Pero mediando hay una fórmula de química romántica al viejo estilo de las comedias de los cuarenta o sesenta (tipo las screwball comedy) que gusta. Además, con dos actores que están muy bien.
Hay, pues, carrera espacial, pero hay amor igualmente. Hay comedia romántica cuyos protagonistas Johansson y Tatum, a punto están de pisar la luna antes que los astronautas.
Vivacidad energética de la Johansson y cierto tono mustio de Tatum. Pero ambos crean una interesante pieza central. Luego, Berlanti llena el resto de la película con personajes secundarios notables, como el director comercial Lance Vespertine (Jim Rash) y la asistente feminista de Kelly, Ruby (Anna Garcia).
El director de fotografía Dariusz Wolski hace una filmación elegante, colorida y alborozada, especie de evocación nostálgica de la estética visual de los años 60; y tiene también un pequeño papel como director de fotografía que ilumina el alunizaje. El diseño de vestuario de Mary Zophres y el diseño de producción de Shane Valentino forman una combinación elegante y evocan la moda, los peinados, los colores, automóviles y otros detalles de la época sesentera.
A pesar del tono ligero, la película no esconde que la guerra de Vietnam está ocurriendo al mismo tiempo, con drama. O que el presidente Richard Nixon empezaba su caída. Una cosa llama la atención: casi nadie fumaba, algo tan falso como la falsa moneda o el falso alunizaje.
El 20 de julio de 1969, Armstrong y Aldrin se convirtieron en los primeros seres humanos en caminar sobre la Luna. Fue un momento que inspiró a personas de todo el mundo. Pero algunos crearon una teoría “loca” según la cual la NASA fingió todo el alunizaje en un set de rodaje.
El esfuerzo del director Greg Berlanti es meritorio. Estupendo el guion de Rose Gilroy que adapta una historia de Keenan Flynn y Bill Kirstein. El argumento trata el modo de deshacer mentiras, o sea, hay que confiar en lo que ven los ojos, pues la proeza fue consecuencia de un esfuerzo social y compartido.
Desde luego Berlanti utiliza, amén de un libreto interesante, el poder de las estrellas: una Scarlett Johansson voluptuosa, de interpretación ágil y convincente; un apuesto, aunque estático, estirado y efectivo Channing Tatum. La pareja da realce a la cinta con su química y buen hacer.
Sensacional Woody Harrelson como el enviado directo del Presidente USA, un sujeto deliciosamente excéntrico; Jim Rash, cómico y colorista; o Ray Romano, más que mejor como técnico de alto rango NASA.
A mí me ha parecido que esta obra es más atractiva en sus momentos divertidos que cuando se pone seria. Berlanti mantiene su obra avanzando a un ritmo rápido y chispeante.
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FIRST MAN (EL PRIMER HOMBRE) (2018). Biopic de un angustiado Neil Amstrong en su viaje a la luna, en en aquel caluroso verano del 69. Un Amstrong, astronauta de palabras breves, pero hombre formado y de enorme valor.
Esta película cuenta aquella hazaña de la NASA, centrando el relato en la vida de Neil A. (Ryan Gosling) entre los años 50 y sobre todo de 1961 a 1969, de cómo se fraguó la misión espacial del Apolo 11.
El director Damien Chazelle conduce este relato, no sólo como un acontecimiento glorioso, sino también como un suceso con tintes de drama y muerte, un film grave y lejos del mero triunfalismo.
Cinta de un héroe que arrastra la pérdida de su hija enferma de cáncer, un hombre sin consuelo; con una tristeza infinita que tiñe constantemente de angustia la responsabilidad y el riesgo del emprendimiento lunar.
Cinta atípica que resulta por momentos fascinante, otras veces chocante y siempre con primerísimos planos y encuadres cerrados, cuando paradójicamente es una aventura estelar y de espacios abiertos.
Chazelle ha querido aproximarse al cosmos, en vez de con panorámicas llamativas, apostando la cámara en el interior de la nave y soportando junto a los protagonistas, las sacudidas y temblores del artefacto, lo que da una sensación de realismo ensordecedor que produce (algo) de claustrofobia y temor.
El guion de Nicole Perlman y el celebérrimo Josh Singer, resulta de la adaptación del libro de James R. Hansen, “First man: Te Life of Neil A. Amstrong”, y es un biopic melodramático que aunque bien escrito y bien llevado, por momentos resulta monótono.
Un guion que desenfoca en ocasiones y resta interés a la epopeya. Aunque en realidad la historia de Amstrong tampoco fue particularmente interesante, pues era un hombre introspectivo, de pocas palabras y humilde. Un antihéroe cargado de dolor, y eso es lo que cuenta, una historia cuasi-doméstica con su ingrediente de fatalidad.
Magnífica banda sonora que hace honor a la gesta, de Justin Hurwitz, gran fotografía de Linus Sandgren, y puesta en escena y efectos especiales correctos.
En el reparto destacan un Ryan Gosling que hace una interpretación fría, distante incluso, con demasiada contención expresiva en el rol de Amstrong, hombre angustiado. Claire Foy realiza un excelente y medido trabajo con una sonrisa natural y una mirada bonita de esposa media americana, papel que hace en forma creíble.
La película, en fin, deja un sabor indefinido, echando en falta algo más de la épica y un poco menos del tenor dramático e incluso trágico de un Amstrong-Gosling que resulta desde mi modo de ver exagerado en su desdicha: exceso de odisea existencial, mientras se desvanece el subrayado de la empresa lunar. La tensión decae tras optar el director por una manera añeja de biopic melodramático.
Lo mejor es saber que no estamos ante una americanada edificante o gloriosa. Este es un film en el cual podemos reconocer la grandeza de un emprendimiento glorioso en las pequeñas cosas humanas, la humildad de un hombre en crisis y de una familia asustada por la inseguridad de si Neil va o no a volver de su viaje. Drama pausado y lento.
Ya hice mención a esta peli en esta entrega anterior.