Voy caminando en la mañana de hoy dándole patadas a los restos de papelillos y serpentinas. Me duele ver la suciedad que aún no han podido retirar los servicios de limpieza, y recordando otros carnavales, de otras ciudades, y no sé si de otros tiempos, en este lugar, algo que desconozco.

Nunca entenderé, que tiene que ver la fiesta con tirar apeles al suelo. Quizás entienda que la diversión deja restos, pero el llenar los suelos con papeles reducidos, que entran en cualquier rincón, sea algo necesario y consustancial a la fiesta. Como, aún siendo ahora de aquí, y teniendo diferente cultura y costumbres, puede comprender a quien no entienda la fiesta sin tirar al aire tantas cosas. Nunca lo entendí, y comprendo que no es solo en las fiestas carnaval en donde se emplean semejante exorno. Aún así, creo que hay mejores formas de celebrar la fiesta. Pero bueno, es solo una opinión, y reconozco que aún sin gustarme, me dejo llevar por la euforia del momento y disfruto.

El problema me viene al día siguiente, cuando veo las calles sucias, comprendiendo que a veces es muy difícil retirarlo todo. Tampoco soy quién para decir que hacer o no hacer, como celebrar un evento, y dar una opinión como la única salida. Pero para mi gusto, y he disfrutado mucho con las ocurrencias de las agrupaciones que he podido escuchar, hay otras formas. A pesar de todo, me alegro de que todo vaya pasando, entonces pienso en lo que está por venir, recordando mi malestar por la cera que sueltan los cortejos que acompañan las representaciones religiosas.

Mientras escribo este pienso que quizás la edad me esté llevando a ser un viejo cascarrabias que se molesta por todo. Pienso que si sigo pensando así lo mejor sería  quedarme en mi casa, la cual mantengo limpia y ordenada.

La vida no es eso, la convivencia es otra cosa, y si quiero vivir en sociedad, deberé adaptarme y comprender que no todos piensan y se divierten igual, quizás incluso yo pueda llegar a ser molesto para alguna personas, así que, dejé de dar patadas a los restos del suelo, miré al cielo, y comprendí que también hay veces que existen nubes que lo empobrecen. Al final, todo no es más que vida, y me gusta.