Por regla general es lo único que se pide, cien días, de cortesía, de posicionarse, de… en fin de reflexionar, porque la actual situación de las municipales ha dejado claro, con contundencia, que la ciudadanía quiere un modelo de ciudad, y una forma de hacer las cosas.

Por ello, dado que ya vienen de pasada, que pasaron más de cien días desde que tomaron las riendas, en este caso, sería innecesario el establecer los cien días de cortesía.

Más bien ocurre, al contrario, los cien días los necesitará la oposición para analizar por qué a pesar de las denuncias los ciudadanos siguen queriendo lo que han votado; por qué a pesar de haber repetido hasta la saciedad que vivimos en la ciudad del Pan y el Circo, los votantes, han decidió seguir confiando en un modelo de gestión, y el ejemplo me lo dio un chico momentos antes de cerrar los colegios.



Su perfil era como el de muchos ciudadanos, de esos que quieren solo pan y circo según los que no han ganado las elecciones (porque esto es como los partidos de fútbol, solo gana uno, otra cosa es que quede bonito decir que ganó la democracia y la participación pero gobernar, gobernara el que gane).

Esperábamos como respuesta que habría votado al Calleja, pero nos sorprendió. Votó a Germán… su explicación fue sencilla, y es que, para él, Germán había adecentado El Puerto, había arreglado la entrada  –y muchas cosas más, añadió–, algo que ni De la Encina ni Botella hicieron cuando gobernaron. Por supuesto, concluyó diciendo que también había votado por Calleja.

La oposición ahora trata de ridiculizar a quienes no les votaron, achacan la victoria a lo mal que lo hace el presidente del Gobierno, y a la Fiesta, pero, sin embargo, con solo preguntar por la calle, con solo fijarse un poco en los votantes, con solo saber escuchar, se darán cuenta que en esta ciudad, nadie tiene un pelo de tonto, y valoran todo, desde la gestión a la Fiesta.

Estos cien días deberían reflexionar para que la oposición que deben, legítimamente realizar, no sea otro error como el de la pasada campaña, un y tú qué haces, que les vuelva a dejar en el mismo sitio dentro de cuatro años.

Deberán de aprender a valorar a la gente que les tiene que votar, que ni son tontos, ni estómagos agradecidos, son ciudadanos con ideas y criterio propio. Quedan cien días de cortesía para que empiece la oposición.