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| Encendido 1 año hace

Comparto con El Puerto mi árbol de Navidad cargado de gratitud

Por Tribuna libre
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Carmen Lara.- Tengo un Árbol de Navidad que ahora que lo pienso tiene ya sus añitos. Es grande, frondoso, con un tronco ancho, sano, fuerte y con profundas raíces.

Este árbol es especial, tan especial que no sólo lo tengo en Navidad sino que lo disfruto todo el año, ya que el área que tengo el privilegio de dirigir lleva su espíritu sin descanso las cuatro estaciones.

Los valores de mi árbol son la solidaridad, la ayuda al necesitado, la bondad, la gratitud, la generosidad, la positividad, la comunicación, la Igualdad, la empatía, el trabajo en equipo, la familia, los compañeros y compañeras...

Mi árbol tiene muchas ramas, unas cortas, otras largas, algunas incluso han ido cayendo con el paso del tiempo, pero sin preocuparme porque perduraba su esencia mientras otras nuevas iban creciendo.

Se ha mantenido férreo incluso en los temporales, alguno tan fuerte que hasta su nombre daba miedo: “pandemia”, donde todos los árboles cercanos cerraron sus hojas y casi desaparecieron, pero el mío creció, desplegando sus ramas y creciendo nuevos brotes que se sumaron para ayudar.  Y es que mi árbol es muy particular, es único y especial, está formado por varias partes: el tronco que es el frente, la parte baja, la parte alta, la estrella, las luces…



Mi árbol tiene nombres particulares, genuinos y genuinas e indispensables para que brille cada día, por eso hoy para darles las GRACIAS os quiero contar su historia y composición. En la parte baja para dar la bienvenida tenemos a Antonio, a Cecilio y a Carmen. A la derecha se ubican ramas que se dedican al trabajo con menores, el equipo de tratamiento familiar: Pilu, Sandra, Almudena y Cecilia; un poco más arriba tenemos al equipo de Infancia y Familia, con Carolina, Maribel, Carol y Mercedes. Si seguimos subiendo la mirada nos topamos con el equipo de Paco y Alex que trabajan con los jóvenes y adolescentes. A la izquierda se sitúa el ramaje del trabajo social: Nono, Margarita, María Luisa, Pilar, junto con su auxiliares y administrativas Carmen, Conchi y Emilio. Por otra Manolo, Juan, Isabel, Mari, Angelines y Lalo. Un poco más arriba una rama que lleva el servicio de Ayuda a Domicilio, con Mª Jesús. A la izquierda el servicio de Dependencia con Belén y Vanessa, junto con Isabel. Un poco más al centro están las 3 ramas del Centro de Información a la Mujer, con Lola, Silvia y Virginia. Por encima de ellas otras 3 ramas que se dedican al Negociado de Cementerio: Juani, Susana y Antonio. En el árbol también, aunque más alejados que el resto de las ramas, tenemos el Centro de Toxicomanías, con Mª Mar, Mª Carmen y María. Abajo tiene ramas fuertes que aguantan el árbol, y que van guiando al resto con Ana Olmo, Inma y Mª Luisa. Ramas caídas por su edad pero que han dejado legado para mantenerse vivas como Carmen, Jose Antonio o Kiko, y otras que por caducidad también han caído como Gloria pero que siguen manteniendo su recuerdo.

Igualmente, cada adorno de mi árbol tiene un gran significado. Mujeres, menores, ayudas económicas, discapacitados, dependientes, enfermos, transeúntes, vales, escuelas de verano, excusiones de jóvenes... y es que todo brilla en mi árbol y todo tiene su lugar; además de guardar siempre sitio para nuevos complementos que lo mantienen vivo y abierto.

Y las luces son la energía. La energía de que cada rama da árbol, que cada persona que lo forma le da vida, con cada actuación, con cada acto, con cada visita, con cada decreto, con cada retención de crédito, con cada entrevista, con cada ayuda, con cada intervención, con cada esfuerzo…

Por eso mi árbol no necesita luz externa, mi árbol tiene luz propia, se autoabastece de su propia luz, de su propia fuente y todas se interrelacionan entrelazando rama con rama hasta llegar a la Estrella, al rayo de luz que brota de la copa, una luz brillante, con colores cambiantes y con una irradiación que no existe en ningún otro árbol.

Nadie sabe lo especial que es mi árbol, ni siquiera él mismo es consciente de lo importante que es no solo para mí sino también para El Puerto. Un árbol que hoy se pone sus mejores galas para desearos FELIZ NAVIDAD y un PRÓSPERO AÑO NUEVO 2023, mientras sigue trabajando para no dejar a nadie atrás.

Sobre la autora: Carmen Lara e la Teniente de alcalde de Servicios Sociales, Familia e Igualdad del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María
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