Ayer se celebró una corrida torista con tres matadores y una destacable predisposición sobresaliendo Manuel Escribano, curtido en mil batallas y con varias cornadas en su cuerpo. Ayer no había “glamour” en los tendidos porque la tarde era para aficionados. Y la realidad nos demuestra que en este rincón taurino y en general en la baja Andalucía, la gente no se siente atraída por este tipo de festejos, por las corridas toristas con tres gladiadores en el ruedo. Aquí lo importante es lo de esta tarde. La corrida turista, aunque exista otra fiesta que lamentablemente está en decadencia.

Alejandro Morilla. / Bellido.

Resultó entretenido el festejo, con una duración excesiva porque los tiempos en esta plaza se eternizan. Pero en general, el aficionado no tuvo momento para la distracción. Los toros ofrecieron un juego variado, destacando los de la ganadería de Adolfo Martín que en conjunto sobresalieron sobre los de Celestino Cuadri. Hacía mucho tiempo que un toro no entraba dos veces al caballo. Pero mayor sorpresa me causó que en los puyazos los aficionados no pitaban, observando en silencio y en ocasiones ovacionando la ejecución de suerte de varas.



En la tarde de ayer vimos a un Manuel Escribano que estuvo sensacional con el cuarto toro. Arrancó pasajes de toreo al natural con la muleta baja y una lentitud impropia de estos tiempos, donde tarde tras tarde asistimos al toreo en redondo y acelerado, hilvanando series y series que dicen muy poco en cuanto a pureza, pero que encandilan al público orejero que puebla los tendidos en las tardes de “glamour”. Escribano ofreció un catálogo de naturales que hasta ahora no se han visto en lo que llevamos de ciclo. Sin duda que fue el triunfador del festejo en su reaparición tras el percance que tuvo en la feria de La Línea de la Concepción.

Alejandro Morilla pisaba de nuevo el albero de su plaza. Tampoco se dejó nada en el esportón el torero de El Puerto, yéndose a porta gayola en el segundo de la tarde, un buen toro al que ejecutó una buena faena de muleta llegando a sus paisanos pero que no terminó de rematar para obtener los máximos trofeos. No obstante no se le puede reprochar nada porque la falta de contratos hace mella a la hora de torear. Con la ambición de abrir la puerta grande, en el quinto salió a por todas, un toro bien armado de Cuadri al que ejecutó un buen saludo capotero. En la muleta la faena vino a menos por las dificultades que presentó el astado, pero que Morilla resolvió de manera aseada. El respetable le premió con una oreja que le otorgaba la salida a hombros.

Rubén Pinar se llevó el peor lote en el sorteo. Sus oponentes presentaron grandes dificultades en el último tercio, aunque el torero manchego dio la cara en todo momento, especialmente en el sexto que en la salida de cada muletazo se revolvía con violencia haciendo presagiar la cogida.

Decía Juan Murillo, expresidente de la Real Maestranza de Sevilla, que para premiar con la vuelta al ruedo a un toro se debe atender a su bravura y comportamiento durante la lidia, y que el presidente accederá a ello atendiendo a la petición mayoritaria del público. Es decir, escuchando, como tan bien lo hacía Marchena, persona de confianza e inseparable de El Gallo, que llegó a crear tal recelo en su mujer Pastora Imperio, que un día la bailaora preguntó: “¿se puede saber qué hace este hombre siempre aquí?” A lo que El Gallo contestó: “hacer, lo que es hacer, no hace nada. Pero escuchar, escucha muy bien”.

Estos aficionados que ocupan el palco de la plaza de El Puerto, al contrario que Marchena hacer sí que hacen. Un daño irreparable a la categoría de la plaza. Han tomado por costumbre sacar el pañuelo azul a las primeras de cambio, sin que nadie se manifieste a favor. Regalar orejas hasta a los areneros sacando pecho desde el balcón del palco presidencial. Parece ser que no están por la labor de escuchar a nadie, y que van por libre. No mantienen un criterio unificado excepto en el de premiar lo decente como si fuese la excelencia. Están tan orientados como aquel novillero que debutaba en Murcia y al brindar exclamó: ¡va por Murcia y los murciélagos! Ya saben lo que nos espera hoy… ¡Sujétame el cubata!

 

FICHA DE LA CORRIDA

3 toros de Celestino Cuadri y 3 de Adolfo Martín. Bien presentados varios de ellos aplaudidos de salida. Un cuarto de entrada.

MANUEL ESCRIBANO: Estocada caída (oreja); estocada desprendida (dos orejas).

ALEJANDRO MORILLA: Estocada baja (oreja); estocada algo tendida y atravesada (oreja).

RUBÉN ESPINAR: Pinchazo y estocada (silencio); estocada (ovación).