En la tarde del martes 29 de junio, el equipo de Unión Portuense se reunió con el comité de empresa del servicio de limpieza donde pudieron conocer de primera mano las reivindicaciones que los han llevado a tomar la decisión de convocar una huelga indefinida a partir del 8 de julio.

Igualmente, ese mismo día, el concejal y portavoz de Unión Portuense, Javier Botella, participó en la Junta de Portavoces convocada por el Gobierno para tratar el conflicto. En ella, se evidenció –según Botella– “la falta de comunicación del Gobierno con la parte laboral, desde la que reconocieron que llevan meses sin reunirse”. Por ello, se instó al Gobierno a que se reunieran no solo con la empresa sino también con los representantes de los trabajadores y que, además, contasen con el resto de grupos políticos, así como otros actores representativos de la ciudad como la Flave, para poder encontrar entre todos una solución.

En consecuencia, y tras escuchar las reivindicaciones de los trabajadores, Unión Portuense se ofrece al Gobierno para intermediar y acercar posturas.



Los trabajadores no piden mejoras salariales, simplemente solicitan el cumplimiento de la ley por parte de la empresa y del Gobierno que, como es su obligación, debe velar por el desarrollo de las clausuras tal y como recoge el contrato en vigor.

Uno de los incumplimientos expuestos por los trabajadores es la falta de materiales y maquinaria que la empresa tiene que proporcionar para así facilitar la labor de los operarios. Alguna de estas carencias se destaca la falta de líquido desinfectante, donde llevan meses baldeando únicamente con agua; la falta de barredores, que de cuatro solo está operativa una; el lava-contenedores que lleva 15 meses sin salir a la calle, de tres hidrolimpiadoras solo sale una; de los doce motocarros solo funcionan seis; etc.

Desde hace meses, Unión Portuense ha venido comprobando durante las visitas a los barrios y zonas de la ciudad que la falta de materiales y maquinaria ha afectado negativamente a la limpieza viaria.

Finalmente, la secretaria de organización de Unión Portuense, Desiré Oviedo, comenta al respecto: “Con voluntad política, la posibilidad de negociar y llegar a buen puerto es posible, ya que no exigen incrementos salariales. Los trabajadores abogan por el cumplimiento del marco contractual actual que, al no ejecutarse debidamente, perjudica al servicio ofrecido por los trabajadores y, por ende, a la ciudad. Así como el hecho de que estaríamos pagando entre todos los portuenses a una empresa por unos servicios que no se estarían prestando”.