Roberto Perdigones (Tribuna libre).- El pasado 27 de noviembre tuvo lugar una concentración en forma de cadena humana simbólica para mostrar el rechazo de la ciudadanía hacia la urbanización que se quiere llevar a cabo en Rancho Linares.

Sin entrar en mucho detalle os sitúo, Rancho Linares es un espacio natural portuense que, además de belleza, posee una gran riqueza autóctona natural. Sobre este rancho recae un proyecto urbanístico que se inició en el año 1992, aprobado por el gobierno de coalición IP y PSOE, donde se le declaraba como zona edificable, siendo un objetivo más de la especulación del ladrillo.

Aprovechando que el día “abrió” un poco asistí para contribuir con la causa, y de paso me daba una vuelta que después de tanta lluvia siempre viene bien. Por un lado, me llamó la atención la poca gente que allí me encontré. Había gente, pero no la que yo esperaba para algo con la trascendencia de este caso.

Lo que me preocupa, y viendo algunos comentarios de Facebook al día siguiente, es la causa de que aquello no estuviera abarrotado fuera por ideologías, o más bien por intereses partidistas. ¿Acaso el ecologismo y la sostenibilidad tiene que seguir siendo tarea de una pequeña parte de la sociedad?, ¿acaso el empresario más aferrado a la “derecha” no le apetecerá darse un paseo en bici con su familia en su día libre por un espacio Verde?, ¿acaso los empresarios hosteleros y turísticos no les interesa que nuestra ciudad tenga un atractivo más gracias a estos espacios naturales?, ¿acaso la persona del mundo del toro o el caballo no quieren espacios para pasear con sus bestias?

¿Dónde estaban todos ellos? ¿Tienen intereses inmobiliarios o son dueños de empresas constructoras? ¿Dónde empieza y acaba el interés, o lo que le conviene a cada uno?



En consonancia, me gustaría hablar de la “representación política”. Me llamó mucho la atención que, al llegar a la concentración, ni en ningún otro momento, no ver a los partidos que forman el gobierno (PP y CS), ni tampoco a Vox, tres partidos presumiblemente de derecha. ¿No sería un buen momento para que el alcalde Beardo deje ver el portuense que lleva dentro, y apuntarse el tanto demostrando que el medio ambiente no es cosa de partidos si no del interés general?

Es un buen momento para aprovechar e impulsar el proyecto de la Florida, donde se pueden construir muchas casas. También sería un buen momento, en esta situación de pandemia donde usted presume tanto de solidarizarse con los empresarios, para impulsar de nuevo nuestra empresa municipal de vivienda, y ayudar así al ciudadano con viviendas asequibles y precios accesibles.

Es prácticamente imposible encontrar un alquiler por menos de 500 euros (cuando ya sabemos que la gente corriente si llega a 1200 euros es un afortunado), beneficiando solo y exclusivamente a la vivienda turística y a los dueños de estos pisos, donde la mayoría están siendo alquilados sin declarar, y por tanto estafando a nuestro país.

Ya os digo yo que mirará para otro lado, que no hará nada, ya que el promotor nos ha “regalado” una glorieta. También os digo que las viviendas que invadan Rancho Linares tampoco serán accesibles para el portuense medio, para la gente del pueblo, esa misma gente a la que Beardo habla de "tú a tú" en sus publicaciones.


Carece de sentido que el señor alcalde apoye la construcción de viviendas en espacios naturales por el simple hecho de que exista demanda de viviendas en la ciudad, y no porque este tipo de acciones contribuya a enriquecerse a los de siempre, como nos tienen acostumbrados. Si no fuera por esto último, invitaría al señor Beardo a mirar hacia otras zonas para construir donde el daño medioambiental fuera de menor impacto o también puede esperar a vender las más de 2.000 casas que hay a la venta actualmente en diferentes portales de venta viviendas.

Hay una parte de la ciudadanía que luchamos por un futuro verde, en sintonía con el medioambiente, pero con este gobierno cada vez pienso más en que nuestro futuro está “verde”, en el peor sentido de la palabra o incluso diría q tenemos con el PP de Beardo un futuro muy "negro".

Sobre el autor: Roberto Perdigones es un trabajador de la industria aeroespacial.