La intervención de la Policía Local portuense en un conflicto provocado por las pintadas de un menor portuense en los bajos de un edificio y el agravio denunciado por un vecino por tal hecho ha conseguido que la familia del menor haya subsanado el daño provocado por las pintadas, ocasionadas el pasado mes de octubre.

Según ha podido conocer El Puerto Actualidad, el pasado 6 de octubre, un vecino llamó a la Policía Local alegando que habían aparecido unas pintadas en la fachada de su bloque, sito en la zona de las calles Rafael Taboada y Santa Fe, solicitando la intervención de un agente experto en grafitis de la Jefatura de la Policía Local.

Tanto a través de los indicios resultado del análisis de las pintadas, que por su caligrafía y tipo de pintura, se comprueba que pertenecen a la misma persona, y ocupa una superficie de 12x3 metros aproximadamente, como de las redes sociales, los agentes averiguaron que el autor de las pintadas es un menor de edad que vive en la zona.



Por ello, a raíz de la investigación, la vigilancia y las pesquisas llevadas a cabo por la Policía, los agentes localizaron al menor de edad, con el que se entrevistaron en las últimas semanas y en presencia de sus tutores, reconociendo que las pintadas eran de su autoría. Además, la familia del menor, a pesar de su precaria situación económica, se comprometieron a resarcir la situación, y a repintar la pared, hasta dejarla tal cual estaba antes de la pintada del menor.

A su vez, los agentes se pusieron en contacto con el vecino que alertó de la pintada, en su labor de mediación policial, exponiendo los hechos y las averiguaciones existentes, así como el compromiso de la familia del chico de subsanar el hecho acaecido, que se mostró de acuerdo con la solución a este conflicto si la pared quedaba como estaba.

Así, la familia del menor realizó el trabajo comprometido en la mañana del pasado 21 de noviembre, por lo que la pared ha quedado restaurada y en perfecto estado, situación final que han puesto en conocimiento del vecino requirente.

Se trata de un caso de mediación policial, una de las labores de los agentes que pocas veces se dan a conocer y que se realizan en muchas ocasiones, puesto que uno de los objetivos de la Policía Local es intentar dar salida a los posibles conflictos ciudadanos a través del diálogo y el compromiso de resarcir el daño causado. Además, es una labor que evita enfrentamientos ciudadanos, y consigue que los jóvenes aprendan a valorar sus actuaciones y a responsabilizarse de los mismos.