Ofrenda floral.

David Calleja (Tribuna libre).- Más allá del carácter netamente religioso hoy celebramos el día de la Festividad de nuestra Patrona, Nuestra Señora de los Milagros, Alcaldesa Perpetua de la ciudad de El Puerto de Santa María.  Y sí, a pesar del Covid-19 celebramos su efeméride, quizás no en la parte más populosa o externa, pero sí en la esencial, que también es tremendamente importante.

Este es un año realmente nefasto para las celebraciones, ya que las medidas adoptadas por la epidemia nos impiden realizar una serie de actividades y costumbres, aunque entendemos que dichas medidas son necesarias y se aceptan sobremanera por el bien de la humanidad. Hay gente que piensa que no pasa nada por no celebrar esas actividades, sobre todo las personas que no las entienden ni les gustan ni le ven sentido, pero lo cierto es que sí pasa, pues muchos trabajadores dejan de trabajar, muchos bares, floristerías, artesanos, comercios, empresas, etcétera, dejan de vender, en una situación que también afecta a músicos y a otros artistas, que también son cultura, no nos confundamos. La cultura es tan amplia, el arte es tan extenso que no podemos delimitarlo, y hay que recordarlo, ya que reivindicamos actuaciones de unos determinados sectores y nadie dice nada de este sector de artistas que ni siquiera puede ensayar.



Todos los gobiernos mantienen el respeto y la tradición, unos con mayor acierto que otros en función de su entendimiento, pero, le pese a quien le pese, y, para orgullo y satisfacción de otros, nuestra Patrona es parte de la ciudad, de su estructura, de su base, de su raíz, de su historia y su devoción, y eso no se puede cambiar ni negar. Las personas que no han nacido en esta tierra han de aprender a quererla con lo que es y lo que la  conforma, defendiendo cada tradición, cada costumbre, cada momento que hace de ella una ciudad diferente, como diferente la hacen las personas.

La Patrona es mucho más que una imagen mariana que recibe culto en una iglesia, es un valor patrimonial y cultural sin precedentes que enriquece nuestra tierra y nuestra historia. Ojalá todos supiéramos valorar lo que tenemos, porque en una misma fiesta podemos aunar diferentes factores que resultan fáciles de defender o querer o apreciar por cualquier portuense, desde el devocional heredado de nuestros mayores hasta los que pueden atesorar todas esas personas que no son creyentes, como el histórico y el patrimonial, los valores de nuestra tierra, sus bodegas, el castillo, nuestras playas, los palacios, los edificios históricos, nuestras historias y leyendas, los personajes ilustres y,  cómo no, nuestra Patrona, una de las mejores sin ninguna duda de Andalucía, la segunda coronada canónicamente después de la Virgen de los Reyes de Sevilla y antes que la Virgen del Rocío,Patrona de Almonte.

Nos esperan días de octava, de subida, días protagonizados por el cariño de muchos portuenses que sí creen en los milagros, milagros que quizás en estos tiempos necesitamos más que nunca. Aprendamos a respetar parte de nuestra cultura y a no desechar valores patrimoniales importantísimos para la ciudad por el simple hecho de que no nos gusten, aprendamos a ser coherentes, a respetar el gusto de los demás, tradiciones que permanecerán durante siglos. Nuestras opiniones pasarán al olvido pero las ciudades y su historia perdurarán para siempre y una de las historias más hermosas de nuestra ciudad lleva el nombre de Milagros. Felicidades a todas las Milagros. Feliz día, portuenses.

Sobre el autor: David Calleja es teniente de alcalde de Fiestas del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María.