Antonio Fernández (Tribuna libre).- Julio Anguita González, ha sido, es y serás un referente -permítanme la licencia de conjugar la segunda persona del futuro, porque seguirá estando presente-, un político con mayúsculas, que con su característica retórica y con su lenguaje incisivo, sin caer en el insulto, era capaz de hablar con sinceridad, aunque no gustara. Capaz de articular un discurso para remover conciencias y de ponerlas en vilo. Porque, y esto conviene recordarlo: No todos los políticos son iguales. [IU: “En recuerdo a nuestro compañero Julio Anguita”]

Tú nos enseñaste que la dignidad y la honestidad no se cultivan, sino que se ejercen, y eso molestaba, y sigue molestando. Molesta porque sin caer en provocaciones siguieras con paso firme con tu compromiso, con tus convicciones y con tu ejemplo, incorruptible e incombustible.

Ahora, quienes te denostaban se afanan en reivindicar tu coherencia, tu compromiso. Pero no tu ejemplo, porque difícilmente van a querer seguir tu ejemplo. Ello implicaría renunciar a pensiones vitalicias o a entrar en consejos de administración de grandes empresas cuando dejen la política, o volver a sus empleos anteriores. Y sobre todo, a ser ejemplar en la práctica cotidiana, sin disfrazar discursos con aspiraciones grandilocuentes, viciados y vaciados de contenido para pescar votos.

Como tú decías, y denunciabas, debemos evitar “La mercantilización de la actividad política despreciando los contenidos y las propuestas programáticas y basando la actividad política. casi exclusivamente, en el marketing y en la rentabilidad en votos al precio que sea. La captura del voto que lo justifica todo: insultos, zafiedades, promesas demagógicas, incumplimiento de las promesas y manipulación de textos e imágenes” (1). Que actuales son estas palabras que pronunciabas hace más de 20 años.

Julio Anguita, ha sido ante todo una personas que, como muchas otras, ha personificado un compromiso ético, y moral, y esos compromisos en política parecen pasados de moda.

Te echaremos mucho de menos, y aun con la tristeza de tu adiós a flor de piel, solo queda decirte:

Gracias por todo camarada.

Nos toca la difícil tarea de seguir tu ejemplo.

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1 .- Julio Anguita: Discurso pronunciado en el Mitin celebrado en la Fiesta del PCE, 14 de septiembre de 1996.