Mañana será una especie de jornada de reflexión, el momento en el que la tímida vuelta a la normalidad nos haga olvidar lo pasado.

A muchos estas circunstancias nos pasan de largo, molestos momentos, algún caso aislado, algunos incluso presumirán que conocieron a alguien contagiado.

Mañana esperaremos ansiosos poder retomar en parte algo de nuestras vidas, y aun así, para una amplia mayoría, esa vuelta supondrá tan solo un alivio frente a un sacrificio, que en menor o menor medida les habrá marcado. La realidad, es distinta.

Mañana volveremos a un atisbo de rutina, y atrás quedarán miles de familias, amigos, compañeros de trabajo que no volverán a esa rutina, y ello por una sencilla razón, ya no están.

Cuando las cosas no nos tocan de lleno en nuestra propia vida, se nos hace difícil comprender el dolor, tratamos de empatizar, pero en el fondo de nuestro corazón, nada nos altera de forma plena y consciente.

La cruel realidad es que estos meses han dejado atrás a muchas personas. Todas ellas tenían familia, amigos, compañeros… todos ellos siguen en la memoria de quienes los conocieron.

El simple recuerdo de esa realidad, aun siendo lejana, nos obliga al respeto hacia ellos y hacia quienes pudieran en algún momento ser posibles compañeros de viaje. Ello nos debe llevar a una reflexión, en donde el respeto de ciertas normas no es por nuestra seguridad, pues somos libres de correr los riesgos que queramos, ese respeto es hacia todas las personas que no quieren correr riesgo, siendo tan legítimo derecho como el nuestro.

Reflexionemos mañana sobre lo ocurrido en estos meses, pensemos en aquellos que se fueron, en el dolor de quienes fueron cercanos, y con todo ello, retomemos las riendas de nuestra vida de una forma razonablemente empática.

Todo pasará a la historia algún día, algún día miraremos de frente a un contagio como si fuera un resfriado, pero al día de hoy, y tengamos el pensamiento que tengamos, tengamos la idea que tengamos sobre lo ocurrido y su importancia, respetemos a quienes en primera persona vieron la oscuridad del pozo.