Vaya por delante mi recuerdo y modesto homenaje a Paco Moreno fallecido en diciembre del año pasado, gran aficionado y entendido, y por supuesto, magnífico anfitrión con el que compartí alguna tertulia en ese templo taurino como fue el bar El Paseíllo. Descansa en paz, Paco. Y como no, mi reconocimiento al maestro Pepe Luís Vázquez, torero de dinastía a cuya memoria brindaron al cielo los tres actuantes del festejo.
Al hilo del paseíllo, les cuento que había un aficionado en Sanlúcar de Barrameda, parroquiano de la tasca La Habana en plena calle Santo Domingo, que decía que no podía vivir sin los cincuenta y tres pasos y medio que son los que les contaba a Curro Romero cuando hacía el paseíllo en la Maestranza. Hasta tal punto llegaba su fanatismo que afirmaba que cuando terminaba el paseíllo se marchaba a su casa satisfecho. Con eso se conformaba el genial Antonio Torres, más apretado que una piña verde, pero muy buena gente.
Dicen que Manuel Fraga Iribarne, el célebre ministro de información y turismo que se bañó en la playa de Palomares para demostrarle al mundo de que sus aguas no estaban contaminadas por el accidente aéreo de un avión americano cargado hasta las trancas de armamento nuclear, pronunció una frase que pasó a los anales del palabrario español: “la política hace extraños compañeros de cama”. ¿Y por qué les cuento esto? Pues porque con lo controvertido que está el jubileo político en España, miren ustedes por donde, los toros, la fiesta nacional facha y retrógrada, es capaz de aunar criterios y voluntades. Y aunque muchos de ustedes pensarán que PSOE y PP se van a poner de acuerdo en algo, más sorprendente es que comunistas y populares hayan coincidido en un asunto vital, por lo menos para algunos.
Me cuentan que el controvertido ex alcalde de Puerto Real y amigo de Fidel Castro, José Antonio Barroso, ha sido cazado haciendo el paseíllo. Pero no el que hiciera un día Rafael Alberti en el ruedo de Pontevedra vestido de banderillero a las órdenes de Ignacio Sánchez Mejías. Me refiero al paseíllo en otra plaza, la de Peral. La que en estos días se convierte en el ruedo de la gloria, en la plaza más importante del mundo en sentido figurado, porque es allí, de manera oficiosa, donde se ubica la “taquilla” de los que no se rascan el bolsillo para ir a los toros. Ahí sí que se siente más de uno torero, porque ya quisiera un trincherazo del difunto Manzanares parecerse a la larga cambiada que le dan los privilegiados a retratarse en taquilla. Hasta allí se fue Barroso a recoger sus entradas de convite, sin escrúpulos ninguno, a por lo suyo, que en contra de los principios de los camaradas no compartirá, y huelga invocar la parábola de la bicicleta.
Cuánto le gustaría al empresario tener el mismo ambiente en la taquilla oficial que en la oficiosa de Peral, porque lo de ayer fue un fracaso rotundo. Muy poco público en la plaza con un cartel que a priori debió tener más tirón. Quizá sea un toque de atención de que esta plaza ha tocado fondo. Tantos vaivenes de empresarios, de fechas, anteponiendo los conciertos al calendario taurino, están pasando factura. Y eso que el festejo de ayer estuvo entretenido, con un Ventura sobrado de técnica, pero nefasto con los aceros, un Talavante valiente y lidiador, y con gran conocimiento de la tauromaquia, y un Pablo Aguado destapando el tarrito de las esencias del aroma sevillano, el de Pepe Luís con el cartucho de pescado incluido. Bien el presidente, sin que sirva de precedente, al aguantar la ridícula petición de la segunda oreja del quinto de la tarde. ?
Este año no voy a pararme a analizar las estocadas, porque no merece la pena. Seguiremos apasionándonos con bajonazos infames que muchos cronistas taparán en sus reseñas. A ellos, como a Barroso, les va al pelo la cita marxista, pero la de Groucho, la de “estos son mis principios, si no le gustan, tengo otros”. A ver si nos enteramos si los habanos que se fumará estos días en los tendidos del coso portuense, también son de gañote, los ha comprado, o aún se los mandan de Cuba. Que digo yo, que con las influencias que parece tener Pepe Barroso con el gobierno popular, no quedará mucho para que la Maestro Dueñas interprete el himno de Riego antes de que arranque el paseíllo en la plaza real. ¡Salud camaradas! pero ustedes a pasar por taquilla. Ya saben, “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”.
FICHA DEL FESTEJO
Toros de Los Espartales para rejones y de El Parralejo para la lidia a pie. Correctos de presentación. Un cuartito de plaza.
DIEGO VENTURA: Ovación; Oreja
ALEJANDRO TALAVANTE: Oreja; Oreja
PABLO AGUADO: Oreja; Silencio tras aviso